Tejedoras de historias
Chinchero es cuna del arte textil cusqueño. La tradición continúa gracias a jóvenes mujeres que siguen las enseñanzas de las que más saben. Conoce aquí un día con ellas.
“El tejido forma parte de nuestra historia, de nuestra tradición. Cada tejido es una historia propia”
Salir de la Ciudad Imperial para visitar el Centro de Textiles Tradicionales del Cusco ubicado en Chinchero que administra Nilda Callañaupa es un ejemplo del arte del saber, aquel que pasa de generación en generación y que en este caso pasa de mujer a mujer (ver La tejedora que mueve hilos ancestrales). Todos los días se juntan en el gran local. Empiezan temprano, luego de atender sus casas. Visten sus atuendos nativos no sólo para llamar la atención de los turistas sino también -y sobre todo- como un símbolo de su identidad.
Las mayores se reúnen en el patio central, el más cercano a la entrada y a la galería. Ellas atienden a los visitantes. Trabajan solas y en grupo, de acuerdo con lo que estén tejiendo. Se concentran pero a la vez se divierten. Saben que su trabajo será exhibido y adquirido.
Las chicas están en el segundo gran patio. Ellas son quienes proveen de insumos a las mayores, pero las más avanzadas también elaboran tejidos, más pequeños. Saben que todo es un proceso y que hay que ir de a pocos. Con paciencia. Nilda las mira y les hace seguimiento, enseñándoles, aconsejándoles. No permite que trabajen y dejen de estudiar, sino al revés. Ellas son el futuro de Chinchero, en sus manos está la continuidad de la tradición.
Anímense, cuando viajen a Cusco, visítenlas. Es una experiencia maravillosa.
(Fotos: Alberto Ñiquen)
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