Leer primera parte.

No nos equivoquemos con las leyes de nuestro país. El Código Penal no considera delito la posesión de menos 8 gramos de marihuana para el consumo personal. Sin embargo, sí se sanciona su comercialización, y también su cultivo (revisar Código Penal). Inocentemente nace la cuestión: si puedo consumirla y el Gobierno no me penaliza por ello, ¿cómo conseguirla sin realizar prácticas ilegales? Zona gris que estimula la microcomercialización.

La política del actual gobierno es intentar ser implacable no solo contra la microcomercialización. Pese al carácter ilegal de la cosecha y tráfico, y las consecuentes incautaciones y arrestos, la subcultura de la marihuana sigue existiendo y existe en nuestro país un cierto grado de libertad en la posesión no punible.

Cambios en la legislación sobre la marihuana, son muy poco probables. No parece estar en la agenda de nuestro espacio político conservador y moralista. La política antidrogas gubernamental es fuerte pese a sus contradicciones internas, asociadas a la corrupción. Sin embargo, si se propusiera una modificación, ¿qué orientación tendría? ¿hacia las libertades individuales o hacia el refuerzo de la criminalización de lo relativo a la 'droga blanda'?

Cualquiera sea tu postura frente al consumo y comercialización de  la marihuana, tengas criterios morales, económicos, de salubridad, o psicológicos, la realidad es que el tráfico es pan de cada día, y aun cuando la justicia y las fuerzas del orden incauten, destruyan y arresten, la marihuana sigue circulando, con gran facilidad. Con solo un par de preguntas, quizá en un tiempo muy breve tengas el contacto de un dealer. No importa el sector socioeconómico al que pertenezcas, distintas calidades, precios y modalidades de compra están al servicio de quien quiera consumir marihuana. Aparentemente, la marihuana es democrática, porque, no hay que olvidar, su posesión puede ser no punible, si no te 'cogen' con más de 8 gramos solo para tu consumo.

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