Los intentos de apaciguamiento de la crisis a través del diálogo se desvanecen. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, agota sin resultado las iniciativas políticas que quedan disponibles para logar un entendimiento entre gobierno y oposición. 

Ayer, a tan solo un par de horas del inicio de la reunión del Consejo Federal de Gobierno, el líder de la oposición y gobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonski, indicó que el agravamiento de la represión y la violencia -que ayer dejó otros dos muertos- impedían su participación en un encuentro para conversar sobre los problemas del país. Así, con un tajante "no voy a ir a lavarle la cara a un gobierno moribundo", trató de justificar su cambio de estrategia en una rueda de prensa, según informa El Universal.

"¿Qué dicen de Nicolás en el mundo? Que es un genocida, dicen que hay un genocidio en nuestro país (...) Yo no voy a ser el que va a ir a lavarle la cara a Nicolás al Palacio Blanco. Eso es lo que quieren ellos, que yo vaya y nos demos la mano como si el país estuviera en una situación de absoluta normalidad, como que si aquí no está pasando nada (...) Voy a ir a qué, ¿a lavarle la cara? Este es un Gobierno moribundo", sentenció el opositor.

La reunión entre los líderes había creado una gran expectativa en torno a un posible encuentro que esperaba tratar temas para disminuir tensiones. Sin embargo, Capriles -que el sábado había asegurado ante sus simpatizantes que asistiría- se retractó ayer.

"El palacio de Miraflores no es lugar para hacer la paz, desde allí se ordena reprimir todos los días", señalo y reiteró que el diálogo sólo puede hacerse sin condicionamientos.

Eso sí, el opositor criticó las denominadas guarimbas (cierres de calle con barricadas improvisadas por vecinos) que "encierran a la gente en sus lugares y no tienden puentes". Recordemos que durante los últimos días Maduro ha denunciado que las barricadas concentran los sectores más radicales del antichavismo, "capaces de provocar la muerte de personas ajenas a la manifestación".

En su estrategia, el gobernador de Miranda mostró fotografías sobre la violencia de las autoridades y mencionó cifras sobre detenidos. Ayer, diferentes ONG anunciaron que estaban recopilando información, testimonios y pruebas para sustentar un informe que acuse al gobierno de Nicolás Maduro ante organismos internacionales por delitos de lesa humanidad en las protestas. 

Así, el gobernador insistió en la necesidad de contar con un árbitro creíble para que sea posible un diálogo nacional. "Nosotros creemos que puede ser la Iglesia (...) No puede ser Nicolás Maduro. Nicolás Maduro quedó desprestigiado. La parte en conflicto no puede ser la que llame a un diálogo. Tiene que haber una institución imparcial que sea la que llame al diálogo". 

Ahora queda por ver si funcionará la Conferencia Nacional de Paz propuesta por Maduro y que iniciará mañana -al parecer sin contar con una contraparte del conflicto-. Sin una disposición mutua de ceder y conceder no funcionará un diálogo, y sin diálogo, ¿hacia dónde camina Venezuela?

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