"Terapia de pareja"
La última entrevista a Pablo Secada y Claudia Cueva: contradicciones, exageraciones y cantinfladas que ponen en duda más de una coma de lo que dicen.
Se ha convertido en la excusa perfecta para intentar aguarle el pastel municipal por primera vez a un político novato y por enésima vez a un partido que no conoce de victoria en las elecciones a las que se presenta. Pablo Secada es, por sus propios méritos y los de su entorno familiar, el más reciente ejemplo de que en este país no hay aspirante a un cargo público que no tenga un anticucho listo para descalificarlo.
Desde que el último domingo se hiciera público que existen cuatro denuncias de maltrato en su contra (no una, no dos), al ahijado de Lourdes Flores le ha llovido de todo y a Claudia Cueva, su pareja actual, le ha llovido más aún, tanto así que las explicaciones de esta última tras la emisión del reportaje -minimizando los incidentes, echándose la culpa y alegando que ya fue, que lo importante es que la familia esté unida- no han sido suficientes. Así como no sirvió de mucho tampoco la fallida conferencia 'tuitera' en la que anunció respondería de todo.
A modo de terapia de pareja (Pablo Secada dixit), ambos se presentaron la noche del lunes en el programa No Culpes a la Noche para tratar de reforzar la tesis que pone a Cueva Navarrete como la iracunda, la impulsiva, la del 'carácter de michi', y a Secada Elguera como el comprensivo, el que la aguanta, el que se burla de tu colegio de Piura de mentirita nomás; pero que pese a todo son felices y sueñan con comer perdices en el balcón municipal.
"Estoy manejando mi carácter, soy bastante impulsiva y eso lo estoy manejando con un psicólogo. Estoy yendo a terapia (...) Yo no estaría aquí diciendo algo que no es. A mí nadie me ha dicho retráctate y di que no te he pegado (...) Las parejas tienen altos y bajos, lo que pasa es que yo he tenido el error de ventilarlo e ir a una comisaría. Ese fue mi error"
Por mi culpa, por mi culpa y por mi gran culpa. Una autoflagelada que el precandidato secundó: "No hay ninguna proporcionalidad entre discutir en un conflicto que generalmente inicia ella y escala ella, que termina en que encima va y te denuncia. Y lo que le molesta es que yo trate de arreglar las cosas".
Queda claro entonces que al no negar que, como todas las parejas, tienen encontronazos que pueden calificarse por lo menos de 'picantes', estamos ante dos personas que llevan la irresponsabilidad a tal punto de ligereza que se toman el hecho de ir a una comisaría y entablar una denuncia como un mero trámite para alinear los chakras y recuperar la paz interior.
"Yo en un momento de arrebato fui a la comisaría y en un momento de impulso le dije ha pasado esto, esto y esto. El policía escribió su informe y así ha sido dos veces más", una cosita de nada. Es más, al ser interrogada sobre la última denuncia que data del 2 de enero, Cueva Navarrete negó de todas las formas que se haya tratado, como indica el documento, de 'malos tratos psicológicos y en resguardo de la integridad física y psicológica' si no solo una constancia de que, porsiaca, no iría a dormir esa noche a su casa sino a la de su hermana que, mira tú, vive 'al lado'.
"Mi hermana vive al lado mío y cuando discutí con Pablo lo que yo hago es salirme del lugar, respirar y quedarme en otro lado. Y en ese momento fui a la casa de mi hermana toda la tarde. Fui por lo mismo para dejar claro que me estaba yendo de la casa"
"Esos son puntos que los policías usan, yo simplemente fui ese día a la comisaria muy molesta y le dije al policía 'sabes qué, me estoy yendo a la casa de mi hermana y posiblemente llegue mañana a dormir a la casa y estoy dejando constancia de eso'", así de simple. Ella jura y rejura que no dijo nada de maltratato verbal ni mucho menos. ¿Cómo apareció en la denuncia entonces? ¿No se dio cuenta?. "Mi error ha sido firmar el papel y no leerlo. Lo firmé y me fui". No leer lo que firmas, no leer lo que denuncias. Elemental, mi querido Watson.
Pero volvamos al lado político que es al fin y al cabo lo que debería importarnos. ¿Afecta esto a las aspiraciones de Secada? Está claro que si se ha visto obligado a hablar al respecto le afecta y mucho. Y como era algo que se preveía, el actual regidor confesó que fue un tema tratado con su equipo de campaña desde noviembre pasado.
"Esa fue la propuesta que yo llevé al equipo de la campaña. Te estoy hablando de noviembre, y hubieron distintas opiniones. Nos empezamos a reunir con más frecuencia, vamos a decir, a inicios de diciembre".
O sea, en noviembre-diciembre del año pasado Pablo Secada le comentó a su equipo que este sería un tema que podría perjudicarlo. Sin embargo, en el mismo programa, en la misma entrevista, ante la misma periodista, sostuvo que no fue hasta el último incidente con Claudia Cueva, que se enteró que esta lo había denunciado hasta tres veces:
-La vez que fue obvio fue esta vez de enero porque ella se iba caminando hacia la comisaría y me dijo 'me estoy yendo a la comisaría'. Traté de evitarlo escribiéndole a primas de ella pero no funcionó".
-¿Cuándo te enteras que tenías denuncias?
-Empezando la campaña. Yo le expliqué a todo el mundo lo que podría ser un problema.
Pero bueno, si se contradicen o no, si les creen o no, ¿qué importa? Porque otra cosa que trataron de deja en claro ayer es que lo que diga o deje de decir la gente, les da igual.
"La verdad no me interesa si me creen o no, yo estoy diciendo las cosas como son. Si me creen bien y si no así es la vida", señaló 'ella' al inicio de la entrevista, sin contar con que 'él' le desbarataría la pose de seguridad al final de la misma: "Ella es alguien muy preocupada por el qué dirán y de pronto el qué dirán son 15 puntos de rating en televisión nacional. Entonces es pasar de cuidarse de qué dice la chica de allá a lo que el Perú y balnearios estén hablando de ella". Ah ya, bastante claro. Tan claro como la explicación que Secada deslizó cuando se le preguntó si era consciente de que esto afectaba su candidatura.
"Yo entiendo que este es un tema que es así porque especialmente en los segmentos de ingresos bajos la violencia es generalizada. Este no es el caso, deberían conocer a Claudia, podemos hacer un tour por mi casa y la vamos conociendo de a pocos". Una subliminal invitación a su propio reality para demostrarnos que esto del maltrato solo importa a los peruanos de "segmentos de ingresos bajos". Ahí y en Twitter, esa sucursal de las redes sociales en las que ha intentado reinar a punta de selfies y que ahora ningunea con estilo: "-Las mujeres mayoritariamente no te creen -¿Las mujeres del Twitter?". Así, con cachita era la cosa.
Sea como fuere, que esto obedece a claras intenciones de traerse abajo una candidatura que empezó a despuntar mediáticamente, nadie lo niega. Que puede ser el Apra, Solidaridad, Alex Kouri (alias el innombrable según el propio Secada), o el bando del PPC al que el muchacho cae quaker, nadie lo discute. Pero que estemos hablando de una 'guerra sucia', es buscar la victimización a lo tonto, porque aquí ninguna denuncia se inventó. Aquí el barro con ventilador tiene origen en la misma casa donde los protagonistas de esta película se dicen de todo.
Nuestra propia versión de "Durmiendo con el enemigo" ya está en cartelera. A ver cuánto dura.
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Esperando un mundo regido por la igualdad con base en las diferencias. @ginnoceronte
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