Alarma en EEUU luego de la autoridades de este país sobre el hallazgo de dos artefactos explosivos dirigidos a las residencias de Hillary Clinton, en Westchester, y de Barack Obama, en Washington, que no entraron en contacto con los mismos ni corrieron riesgo.
Los paquetes interceptados son similares al encontrado el lunes en la mansión del magnate George Soros, en los suburbios de Nueva York; en tanto, la Casa Blanca condenó los intentos de ataque y sostuvo que los responsables responderán ante la ley. "Estos actos terroristas son despreciables", dijo la portavoz Sarah Sanders.
En un comunicado, el Servicio Secreto informó que obtuvo el paquete dirigido a la excandidata presidencial en su casa del condado de Westchester (Nueva York) a última hora del martes e interceptó este miércoles en Washington D.C. otro dirigido a la casa de los Obama.
El Departamento de Seguridad Nacional, del que depende el Servicio Secreto, dijo en su nota que los paquetes fueron "identificados inmediatamente como artefactos explosivos durante procesos rutinarios de revisado del correo, y se gestionaron apropiadamente".
El asunto, dijeron las autoridades, está bajo una "amplia investigación criminal" y reunirá "todos los recursos disponibles" a nivel federal, estatal y local para "determinar la fuente de los paquetes e identificar a los responsables".
Por su parte, el FBI de Nueva York señaló en un mensaje en su cuenta oficial de Twitter que está al tanto del objeto hallado cerca de la residencia de los Clinton, y de que sus fuerzas especializadas en terrorismo colaboran con otras agencias en la investigación.
Poco antes del pronunciamiento de la Casa Blanca, el Departamento de Policía de Nueva York fue alertado de otro dispositivo dirigido a la sede de la cadena CNN en el rascacielos Time Warner. Empleados y el centro comercial fueron evacuados como medida de precaución. En un momento una fuente de la Casa Blanca afirmó que habían hallado un dispositivo sospechoso, pero el Servicio Secreto luego dijo que esa información era "incorrecta".
Los hechos ocurren en un contexto en entró en su recta final la campaña para las elecciones legislativas del 6 de noviembre, en las que el Partido Republicano se juega conservar el dominio del Senado y la Cámara de Representantes.
El tono de la campaña se encendió las últimas semanas, en las que el presidente Donald Trump arremetió contra los demócratas, incluso llegó a acusarlos de ser los responsables de la caravana de migrantes que recorre estos días México en dirección a la frontera con Estados Unidos. En los últimos meses el mandatario también retomó la guerra personal que libra con la prensa crítica, en particular contra la CNN.
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