El cerco contra Donald Trump por la trama rusa se estrecha. Paul Manafort, quien fuera el jefe de campaña del ahora presidente de EEUU, se declaró culpable este viernes de dos cargos federales por sus negocios de consultoría en Ucrania, como parte de un acuerdo por el que deberá cooperar con el fiscal especial que investiga la injerencia rusa en las elecciones de 2016, Robert Mueller.
Según el compromiso de colaboración eficaz, Manafort deberá cooperar "total y verazmente" con la investigación de Mueller sobre las denuncias de que el equipo de campaña de Trump conspiró con Rusia para que el magnate neoyorquino gane las elecciones presidenciales.
Así, el implacable Mueller logra otra victoria judicial, y Manafort logra evitar otro juicio que le costaría muy caro, que iba a iniciarse este el lunes, después de que en agosto pasado fuera condenado a entre siete y diez años de cárcel por delitos de evasión fiscal y fraude bancario. El fiscal ya había logrado que el exconsejero de Trump en temas de Seguridad Nacional, general Michael Flynn, haga lo propio.
La decisión de Manafort supone además un viraje de 180 grados en su estrategia judicial y acentúa los riesgos para el presidente Trump en este caso, más aún tras la defensa que el mandatario esgrimió hace poco de su antiguo colaborador, quien es un hombre clave en la investigación fiscal. El abogado de Trump, Rudy Giuliani, ha dejado entrever incluso que el mandatario podría indultar a Manafort llegado el momento.
Por ejemplo, Manafort participó en una reunión en la Torre Trump en junio de 2016 con una abogada ruso que el hijo del mandatario, Donald Trump Jr. recibió pese a que fue descrita como parte de un intento del Kremlin para ayudar a la campaña de su padre. Un jurado investigador al que recurrió Mueller escuchó testimonios sobre esa reunión, en la que la letrada les había ofrecido material comprometedor sobre su entonces rival electoral, Hillary Clinton.
La jefa de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, refirió este viernes que el caso Manafort no tiene nada que ver con Trump. "Esto no tiene absolutamente nada que ver con el presidente ni su victoriosa campaña presidencial de 2016. No tiene nada que ver", aseguró.
"El presidente no hizo nada malo", dijo a su turno Giuliani en una declaración. "Una vez más una investigación ha concluido con un alegato que no tiene nada que ver con el presidente Trump ni con la campaña de Trump", añadió.
Como parte del trato, la fiscalía podría confiscar las casas de Manafort en Nueva York, en los Hamptons y en Virginia, así como el dinero de sus cuentas bancarias y pólizas de seguro de vida.
El mes pasado, Manafort había sido hallado culpable de ocho delitos financieros, en un juicio separado en Virginia, en la primera victoria judicial de la pesquisa del fiscal especial sobre colaboradores del mandatario. El juez declaró juicio nulo en otros 10 cargos en los que no hubo acuerdo del trinunal. Manafort enfrenta una pena de entre 7 y 10 años en prisión por ese caso.
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