El candidato de la ultraderecha en Brasil Jair Bolsonaro llegó este viernes a Sao Paulo para seguir su tratamiento tras un ataque con puñal que pudo costarle la vida, pero que puede reforzar sus posibilidades de ser electo en las elecciones de octubre como presidente de Brasil, según analistas.
El atentado, agregaron los observadores políticos, supone un tremendo potencial desestabilizador sobre los comicios, que ya eran muy volátiles, luego de que Lula da Silva quedara fuera de la contienda electoral, la más polarizada e incierta de la historia reciente de Brasil. "Ahora es la guerra", dijo el presidente del Partido Social Liberal, Gustavo Bebianno, previendo dramáticas consecuencias políticas de este ataque en Folha de Sao Paulo.
Pocas imágenes podían despertar más pasiones en Brasil. El autor del ataque fue detenido rápidamente e identificado como Adélio Bispo de Oliveira, un exmilitante del partido de izquierda PSOL, quien le dijo a la Policía que actuó en cumplimiento de "una misión divina, una misión de Dios".
El diputado quedó internado en el hospital Albert Einstein, de la capital económica del país, a donde fue trasladado desde el hospital Santa Casa de Juiz de Fora, la ciudad donde fue apuñalado el jueves durante un mitin de campaña.
El candidato del pequeño Partido Social Liberal (PSL), excapitán del Ejército, había llegado al lugar con un cuadro vital comprometido: hemorragia interna, con tres perforaciones en el intestino delgado, una lesión grave en el intestino grueso y otra en una vena del abdomen.
La figura de Bolsonaro y la del expresidente de izquierda habían polarizado al límite la campaña en Brasil. Pero Lula, actualmente preso por corrupción, fue excluido el 31 de agosto de la contienda por la justicia electoral.
Pero ahora Bolsonaro, que hasta ese momento estaba segundo en los sondeos, pero con la mitad de la intención de votos del exlíder sindical, quedó primero, con 22%, 10 puntos por encima que sus más inmediatos rivales, el centro-izquierdista Ciro Gomes y la ecologista Marina Silva, que lo derrotarían sin embargo en una segunda vuelta, según una encuesta Ibope divulgada el miércoles, debido al alto índice de rechazo que tiene, el cual supera el 40%.
El atentado puede reconfigurar el panorama electoral. ya que Bolsonaro tendrá, por ejemplo, una presencia mediática que compensará ampliamente el poco tiempo de propaganda televisiva gratuita que le confiere el actual sistema de atribución.
Sus adversarios ya retiraron los anuncios que lo atacaban directamente por sus tradicionales declaraciones racistas, misóginas u homófobas. "El ataque podría ayudar a Bolsonaro a superar su alto índice de rechazo", dijo Jimena Blanco, analista de Verisk Maplecroft.
En el video grabado en el hospital, Bolsonaro dijo que sabía que podría ser víctima de un ataque, pero se muestra sorprendido: "Nunca le hice mal a nadie", declaró el candidato cercano a grupos conservadores evangélicos y de retórica de mano dura contra la criminalidad y de liberalización del porte de armas, en un país con más de 60.000 asesinatos por año.
Y sus críticas contra la corrupción hallaron fuerte eco en millones de brasileños pasmados por la amplitud de la corrupción revelada por la Operación Lava Jato, que afectó a todos los partidos que dominaron la vida política desde el fin del régimen militar (1964-85).
"Este incidente aumenta las posibilidades electorales de Bolsonaro. Estaba perdiendo votos, de repente se convierte en una víctima casi tan grande como Lula", dijo a la agencia financiera Bloomberg el analista Richard Back, de XP Investments.
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