"¿Cómo canta el poeta a la vida?", se pregunta Edwin Chávez, editor del sello La Mula Publicaciones, en el texto de la contratapa del Vida cantada (memorias de un olvidadizo), el más reciente libro del poeta Arturo Corcuera (Trujillo, 1935) que es una revisión de una vida dedicada a la poesía, además de una rememoración de la relación que el autor peruano tuvo con escritores de la talla de Vicente Aleixandre, Nicolás Guillén, Pablo Neruda, José Saramago, Javier Heraud. Las artes plásticas y la música también invaden las páginas de la mano de Víctor Humareda, Tilsa Tsuchiya, Jaime Guardia, Chabuco Granda, Máximo Damián, entre otros.
En el prólogo de libro, Corcuera comenta que no es cercano a la narrativa. “Los poetas no somos amigos de entregarnos por largo tiempo a la prosa en forma sostenida”, confiesa. Fue el consejo de personas cercanas que lo inclinaron a cambiar de opinión. Existió, además, un combustible mayor: la amistad. “Llegué al convencimiento de que la vida me había dado el encargo de sobrevivir a mis compañeros de generación, a condición de que escribiera de ellos: Javier Heraud, Juan Ojeda, Luis Hernández, Paco Ibañez, César Calvo, Antonio Cisneros, Livio Gómez, Pedro Gory, casi todos menores que yo, a excepción de los tres últimos”, dice el autor de Noé Delirante. Esa vocación por el compañerismo la siente incluso los amigos más jóvenes de Corcuera, como puso en evidencia la poeta Andrea Cabel.
"Arturo es una gran persona. Un ser humano que prioriza la solidaridad como estética máxima del ritmo de la vida, un ser humano que piensa antes que en la suya, en la felicidad de todos nosotros, y que siempre, desde el primer día que lo conocí, entrega a quien lo conoce, pedazos de su generosidad, trozos de su sonrisas y abre las puertas de su casa, las puertas de sus brazos", dijo la escritora el pasado 26 de julio, durante la entrega del Premio de Literatura de la Feria Internacional de Libro de Lima (FIL Lima 2017) que se le concedió a Corcuera.
Ahora, este 3 de agosto se presentará Vida cantada (memorias de un olvidadizo) en la Auditorio Blanca Varela de la FIL Lima 2017 a las 6 p.m. En la mesa de presentación, Andrea Cabel y Edwin Chávez estarán acompañados de Milagros Saldarriaga (directora de la Casa de la Literatura).
Bonus track
Compartimos una divertida anécdota que incluye Corcuera en sus memorias y que tiene como protagonista a Martha Hildebrandt:
"Antes de entrar a su despacho solía solicitar por teléfono información confidencial sobre su estado emocional. Las secretarias estiraban el cordón del fono y me hacían escuchar la gritería mañanera. Yo esperaba paciente a que terminara la tormenta y que las aguas volvieran a su nivel. [...] Siempre me hice negar en esos estados explosivos cuando me hacía llamar o cuando se rodeaba ante el periodismo con todos sus 'premios nacionales'. Había horas en que Martha se relajaba tirada sobre la alfombra. No recibía a nadie. Un mediodía obligué a sus secretarias a que le avisaran de que yo quería hablar con ella algo urgente. Ordenó Martha que pasara. Continuó tendida en el suelo. Yo ni corto ni perezoso le dije que era la primera vez que tenía a una mujer a mis pies. '¡Es usted un poeta con suerte!', fue su rápida respuesta. Lo de mi urgencia era un pretexto. Tenía una curiosidad perversa, casi infantil, de verla extendida sobre el piso como un tornado en reposo" (Pág. 138-139).
[Foto de portada:archivo del autor]
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