El "mutuo disenso" o el "divorcio amistoso" —PPK dixit— para resolver el contrato con Kuntur Wasi para la construcción del aeropuerto de Chinchero, que el ministro de Transportes, Bruno Giuffra, anunció hace unas semanas, fracasó. El mismo funcionario lo acaba de confirmar, tras explicar que no se pudo llegar a un acuerdo con el concesionario.
Según explicó Giuffra en RPP, ante este panorama, el camino por el que ha optado el Gobierno es el de la resolución unilateral del contrato —que le costó el cargo a dos ministros, primero, Martín Vizcarra y, luego, Alfredo Thorne—:
"El mutuo disenso era una de las puertas de salida. Era lo que aspirábamos usar, pero también estaban otras como la resolución unilateral del contrato, y es la que finalmente hemos optado por seguir, dada la imposibilidad de ir por la primera, porque no hubo un acuerdo para poder ejercer esa cláusula. Es así de sencillo".
Kuntur Wasi ha rechazado esta decisión del Ejecutivo, por lo que se abre la puerta a un arbitraje internacional, escenario que —según advierten varios expertos— es muy desfavorable para el Perú, porque el Estado tendría que indemnizar el daño emergente —o sea, los costos en los que el concesionario ya incurrió— y también el lucro cesante, que es la expectativa de ganancia que tenía el concesionario.
Pero aún hay una posibilidad de evitar el arbitraje internacional, explicó Giuffra, con un trato directo a través del Sicreci, que es el Sistema de Coordinación y Respuesta del Estado en Controversias Internacionales de Inversión, que está adscrito al MEF.
"Es una de las salidas perfectamente explicada y definida en el contrato, perfectamente legal. Como la otra parte no considera que eso es así, vamos a sentarnos en el trato directo, que si bien tiene un plazo de seis meses, bien podría resolverse mucho antes".
El ministro explicó que el Gobierno reconocerá la relación de gastos que Kuntur Wasi hizo hasta la fecha en el proyecto, y presentará una relación de estos para su validación mediante auditoría, a lo que se sumarán los costos del estudio técnico, validados por Ositran, que ascienden aproximadamente a US$ 24 millones, monto que el Gobierno quiere pagarlo “rápidamente”, en calidad de transacción parcial y como señal de buena voluntad, antes de sentarse a conversar en el Sicreci.
"Eso es lo que aspiramos, tener rápidamente una transacción parcial, dejando lo controversial, y que tendrá que ser materia auditable, para una segunda fase dentro de esta etapa del trato directo. Así es [ que se pueda comenzar con el trabajo de tierras ]".
Giuffra reiteró que para el Ejecutivo, la construcción de un nuevo aeropuerto para el Cusco es una prioridad, porque dinamizará el turismo en la región, aunque existen cuestionamientos a que se insista en que el terminal se haga en Chinchero.
"Chinchero no puede seguir esperando eternamente una definición. Hay un escenario ganar-ganar, a nadie le interesa irse a un juicio: ni al consorcio, ni a nosotros".
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