En medio de la polémica que desató su nombramiento como director del Banco Central de Reserva (BCR), impuesta por la aplastante mayoría fujimorista en el Congreso, José Chlimper parece no tener claro (aún) que su nuevo cargo, que implica un compromiso técnico, le prohíbe también responder a intereses político-partidarios.
Eso señala, con meridiana claridad, el Código de Ética de la Función Pública. Pero ya se sabe que la ponderación y el apego a la legalidad no es precisamente una virtud de Chlimper, sino recordemos cuando, a fines de 2007, llamó "malnacidos" a los estibadores del Callao que acataban una huelga y los amenazó con tomar el puerto chalaco con "sus armas". En ese entonces era también director del BCR (lo fue del 2006 al 2011), pero alegó que hablaba como "presidente del directorio de Agrokasa", la empresa de la que es dueño.
Ahora seguro dirá lo mismo, que envió como secretario general de Fuerza Popular los polémicos mensajes en su cuenta personal de Twitter en los que emplazaba a los medios de comunicación a cubrir el balconazo con el que su lideresa, Keiko Fujimori, reaparecía tras un prolongado silencio que lo rompió con una metedura de pata (su ya tristemente célebre 'analogía' entre depresión y "perdedores").
Pero lo concreto es que Chlimper es un funcionario público y como tal el no puede "obtener o procurar beneficios o ventajas indebidas, para sí o para otros, mediante el uso de su cargo, autoridad, influencia o apariencia de influencia", dice a la letra el código de ética que parece que no ha leído.
"Es absolutamente inapropiado que un funcionario público dé órdenes de lo que debe hacer o no un medio de comunicación. Hay una falta grave al Código de Ética de la Función Pública. Un abuso de autoridad porque todo lo que haga tiene que ser visto como parte de su función", indicó el abogado del IDL Carlos Rivera, citado por La República.
En el mismo sentido se pronunció el constitucionalista Alberto Borea, al señalar que ser director del BCR le impide responder a intereses políticos. "Él ya no puede participar en la vida partidaria porque en ese caso ya no representa el interés de todos sino de su facción. Para eso no es el cargo que tiene. Él solo se está poniendo en la situación de incompatibilidad", subrayó.
Chlimper debe definir de qué lado está: o es miembro de BCR o es un fervoroso fujimorista, pero no debe estar jugando a dos bandas según su conveniencia.
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