En medio del ascenso de Hillary Clinton en los sondeos de cara a las elecciones de noviembre, Donald Trump reestructuró su equipo de campaña, aunque todo apunta a que lo hizo con el objetivo de seguir siendo fiel a sí mismo. ¿La razón? El candidato republicano puso al frente de ella al directivo de un medio conservador conocido por defender su estilo provocador.
Su nombre es Stephen Bannon, exbanquero y directivo del portal web de noticias Breibart News, quien desde este miércoles el nuevo jefe ejecutivo de la campaña del magnate, cuando faltan menos de tres meses para que los estadounidenses elijan al sucesor de Barack Obama, el 8 de noviembre próximo.
En tanto, Kellyanne Conway, hasta ahora asesora y analista de encuestas de la candidatura de Trump y de su compañero de fórmula, el gobernador Mike Pence, será la jefa de campaña.
El candidato demócrata acomete esta 'remodelación' en un momento en que la mayoría de las encuestas de intención de voto, tanto a nivel nacional como en estados clave, dan ventaja a su rival electoral, la demócrata Hillary Clinton.
En un comunicado, Donald Trump sostuvo que tanto Bannon como Conway son "extremadamente competentes, personas altamente calificadas a las que les gusta ganar y saben cómo ganar".
El equipo de campaña republicano, en tanto, subrayó que los cambios llegan en un momento de "crecimiento significativo", con la primera "gran compra" de anuncios de televisión para las elecciones de noviembre, que comenzarán a emitirse a partir del viernes en estados cruciales (Florida, Ohio, Carolina del Norte y Pensilvania).
Pero lo cierto es que Bannon no tiene experiencia previa en campañas políticas, y lo más conocido que ha hecho es defender, desde Breibart, el estilo populista de Trump. De hecho, ha criticado sin tregua ni medias tintas -como su candidato- a figuras del Partido Republicano como Paul Ryan, actual presidente de la Cámara de Representantes.
Bannon tiene un estilo provocador como Trump y su contratación se interpretó como una señal de que los constantes enfrentamientos del magnate con los medios de comunicación que siguen su campaña van a continuar e, incluso, pueden empeorar.
Conway trabajó en varios campañas de politicos republicanos, como el senador Ted Cruz, el rival de Trump en las primarias, el expresidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich y el propio Pence, gobernador de Indiana.
Cuando asesoraba a Cruz, Conway expuso dos de los problemas de la campaña de Trump, todavía hoy no resueltos: su poco apoyo entre las mujeres, incluso entre las conservadoras, y su déficit en infraestructura y análisis de datos de votantes en algunos estados.
Paul Manafort, actual jefe de campaña de Trump, continuará en el equipo, pero no se informó cuáles serán sus nuevas responsabilidades. Su relevo se da dos días después de que The New York Times reveló que recibió, por 6 años casi, US$13 millones procedentes de un partido prorruso en Ucrania.
El medio neoyorquino aseguró que entre las transacciones dudosas había un acuerdo por US$18 millones para vender activos de una televisión por cable a un consorcio montado por Manafort y el oligarca ruso Oleg Deripaska, aliado del presidente Vladimir Putin.
Trump espera remontar su descenso en las encuestas de intención de voto, donde Clinton le saca una ventaja de seis puntos (47,2 % frente a 41,2 %), según el promedio diario que elabora la web RealClearPolitics.
La caída en los sondeos se dio por una serie de polémicas protagonizadas por el magnate, como su enfrentamiento con los padres musulmanes de un soldado caído en Irak o su afirmación de que el presidente Obama es el "fundador" del grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Pero Trump se resiste a las presiones de su partido para que modere su retórica y sea políticamente correcto. "Sabes, yo soy quien soy (...) No quiero cambiar. Es decir, tienes que ser tú. Si comienzas a cambiar, no estás siendo honesto con la gente", dijo este martes en una entrevista con una televisión local de Wisconsin.
Este miércoles, Trump recibió su primera sesión de información clasificada, durante una reunión en la oficina del Buró Federal de Investigaciones (FBI) en Manhattan (Nueva York) a la que asistió también el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, que lidera el equipo de transición del magnate.
Tras su nominación oficial como candidatos presidenciales en las convenciones republicana y demócrata de julio, tanto Trump como Clinton pueden acceder a información de inteligencia en el marco del proceso hacia el traspaso de poder en la Casa Blanca.
(Foto de cabecera: EFE)
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