Los exabruptos de Donald Trump marcaron un nuevo pico en la campaña electoral de EEUU, tras un confuso comentario que hizo para que los propietarios de armas "frenen" a Hillary Clinton, pero no explicó cómo, lo que desató una fuerte polémica porque se interpretó como un llamado a la violencia contra su rival demócrata, en un país donde hay más de 300 millones de armas de fuego y donde el asesinato político es un trauma recurrente en su historia.
Ocurrió durante un acto de campaña el en Carolina del Norte, donde Trump alertó de que Clinton "quiere esencialmente abolir la Segunda Enmienda", el artículo de la Constitución que defiende el derecho a portar armas.
"Por cierto, si consigue elegir jueces no va a haber nada que podamos hacer, aunque para la gente de (que defiende) la Segunda Enmienda quizá sí que hay algo (que pueden hacer). No lo sé", agregó el magnate.
De inmediato se desataron las críticas a este comentario confuso de Trump y los medios estadounidenses y de todo el mundo hicieron eco de ello. De hecho, el influyente The New York Times tituló su editorial de manera contundente: "Cada vez más adentro del lodo con el Sr. Trump".
A ese comentario respondió el candidato demócrata a vicepresidente, Tim Kaine, quien dijo que ningún aspirante a un cargo de elección popular, sobre todo si se trata de la Casa Blanca, "debería incitar a la violencia", tal y como lo hizo, en su opinión, Trump.
"Cuando leí su cita, francamente no pude creer que hubiese dicho eso. Así que fui a mirar el vídeo y me di cuenta de que era eso exactamente lo que había dicho", afirmó Kaine desde Austin (Texas).
Con la polémica al rojo vivo, Trump salió al paso con un mensaje en su cuenta de Twitter: "Los medios están desesperados por distraer la atención. ¡Lo que he dicho es que los ciudadanos partidarios de la Segunda Enmienda deben organizarse y votar para salvar a nuestra Constitución!".
Pero lo cierto es que el mensaje del magnate fue ambiguo y agramatical, y se presta para diversas interpretaciones. Además, no sería la primera vez que llama a la violencia, aunque nunca lo había hecho directamente contra su rival.
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