El candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, protagonizó una nueva polémica al expulsar de uno de sus actos de campaña a un bebé que lloraba y a su madre, que lidiaba con el llanto del pequeño.

En un principio, Trump se dirigió a la madre en tono afable: "No te preocupes por el bebé. Amo a los bebés. Escucho a un bebé llorar y me gusta. Qué bebé. Qué hermoso bebé. No te preocupes, no te preocupes".

El magnate neoyorquino siguió con su mitin en Ashburn (Virginia) pero el llanto del pequeño no cesó y en menos de dos minutos cambió de opinión. "En realidad solo estaba bromeando, puedes llevarte a este bebé de aquí", dijo, desafiante, entre algunas risas y tímidos aplausos.

Luego se justificó ante la audiencia haciendo mofa de la mamá: "Me parece que en realidad ella se ha creído que a mi me gusta que haya un bebé llorando mientras hablo. Eso está bien. La gente no entiende. Está bien".

El de Ashburn fue un acto algo accidentado. A parte del bebé, dos grupos de manifestantes fueron expulsados de la sala.

Al candidato republicano se le acumulan los problemas desde que se enfrentó con los padres de un soldado estadounidense musulmán muerto en Irak, actitud que le granjeó críticas de los pesos pesados de su propio partido.

Además, el magnate agravó la pugna con líderes republicanos, porque se negó a darle su apoyo a la reelección del presidente de la Cámara Baja, Paul Ryan, y del prestigioso senador John McCain.

De hecho, líderes del Partido Republicano y asesores de la campaña del candidato a la Casa Blanca están cada vez más frustrados con sus continuos exabruptos y la imposibilidad de frenar o tratar de enderezar al polémico magnate.

Según la cadena ABC, el presidente del Comité Nacional Republicano (RNC), Reince Priebus, llamó el martes a Trump para comunicarle su decepción con el desarrollo de la campaña.

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