Michel Temer ya tiene a los principales integrantes de su gabinete de ministros. Se trata del titular de Economía, quien fue expresidente del Banco Central de Brasil durante el mandato de Lula y el ministro de Relaciones Exteriores, exrival de Dilma Rousseff en las elecciones presidenciales del 2010.
El ministro de Economía
Henrique Meirelles estuvo ocho años al frente del Banco Central en la presidencia de Lula. Asimismo tiene una amplia experiencia en el sector financiero, un hecho que dota al ingeniero de 70 años de la destreza política y la capacidad técnica necesarias para enfrentar la crítica situación actual.
Y es que Brasil se encuentra hundido en una recesión que derrumbó su economía en un 3,8% en el 2015, su peor resultado en 25 años. Se estima que este 2016 podría cerrar con una contracción igual o peor.
De ser cierto este pronóstico, sería el primer bienio recesivo desde 1930. Como en el 2017 se anticipa un crecimiento cero, los analistas aseguran que Brasil enfrentará su peor recesión en 100 años.
Asimismo, la inflación anualizada se acerca a los dos dígitos y el desempleo registró de enero a marzo su peor resultado desde el 2012.
Es de esta manera que la prioridad de Meirelles deberá ser impulsar el ajuste fiscal que el gobierno de Rousseff trató de llevar a cabo pero que chocó con un Congreso rebelde, que terminó impulsando su destitución.
Sin embargo, no será nada fácil aprobar medidas de ajuste puesto que son impopulares.
Entre ellas figuran un techo al gasto público, una reforma en el sistema de pensiones y una racionalización del gasto tributario.
Esta no es la primera vez que Meirelles llega al Gobierno como un alivio a la angustia de los mercados. En el 2002, cuando Lula se perfilaba como ganador en las elecciones y la desconfianza de los mercados e inversores provocó una disparada de la inflación y las tasas de interés, intervino para salvar la situación.
Y es que asumió el Banco Central y lo dirigió con absoluta ortodoxia durante la administración del expresidente. En ese momento Brasil vivió un apogeo económico, interrumpido por la crisis del 2008.
En lo que respecta a su vida privada se sabe que es un adicto al trabajo que duerme unas cinco horas al día. Se casó a los 55 años con una médica alemana que creció en Brasil.
El canciller
A sus 74 años, José Serra ha pasado por casi todos los cargos del poder de Brasil, excepto uno: el de presidente. Y es que fue derrotado en el 2002 por Lula y en el 2012 por Rousseff.
El también exgobernador de San Pablo será nombrado ministro de Relaciones Exteriores este jueves por Michel Temer, en un momento en el que el mundo entero voltea a mirar a Brasil por la polémica suspensión de la actual mandataria que afirma que se trata de un golpe de Estado.
Serra fue uno de los fundadores del opositor PSDB, un hecho que le otorga un profundo conocimiento del funcionamiento del poder brasileño, el mismo que ha cultivado en 30 años de carrera institucional.
Senador hasta el momento, el economista estuvo exiliado en varios países durante la dictadura militar (1964-1985). Asimismo fue elegido diputado en 1986 e integró la Asamblea Constituyente que elaboró la carta magna vigente.
Serra asumió su primera cartera en 1995, con Henrique Cardoso como presidente, cuando fue nombrado ministro de Planificación. Sin embargo, su periodo más recordado fue al frente del Ministerio de Salud, donde implementó importantes programas contra el sida.
En el 2002 se lanzó en un primer intento de ser presidente, pero fue derrotado por Lula del Partido de los Trabajadores. Es así que regresó a San Pablo donde fue elegido alcalde y luego gobernador, antes de probar suerte de nuevo en otra intensión de liderar el país.
Sin embargo, en esta oportunidad chocó con la popularidad de Dilma Rousseff (2010). La actual mandataria estaba entonces impulsada por una positiva bonanza económica y por los éxitos de su predecesor. Seis años después, en un histórico debate en el Senado, votó a favor de abrirle un juicio político. En ese sentido afirmó desde el estrado:
"Estoy a favor del impechment sin ninguna alegría, ninguna conmemoración. La destitución es un proceso largo, penoso, causa sufrimiento personal, produce hasta alianzas extrañas, representa una casi tragedia para el país".
Conocido por su carácter explosivo, Serra se vio implicado en varias polémicas durante su carrera política. La más reciente tuvo lugar en diciembre, cuando la ministra de Agricultura y aliada de Rousseff, Katia Abreu, le lanzó una copa de vino luego de que el senador la llamara 'enamoradiza'.
(Con información de AFP)
(Foto de cabecera: infobae.com)
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