La indiferencia del Estado brasileño y el escaso nivel de compromiso por cuidar y conservar el medio ambiente, hecho que queda demostrado en los altos índices de contaminación de las aguas negras de Río de Janeiro, serían razones más que suficientes para que el comité organizador de los Juegos Olímpicos 2016, que se desarrollarán durante agosto en esa ciudad, tome la decisión de cambiar de sede toda la competencia de aguas abiertas con el fin de evitar que los atletas queden expuesto a contraer enfermedades a causa de la contaminación.
Según un estudio para Associated Press, hecho por la experta en gestión de riesgos de virus de la Universidad de Texas, Kristina Mena, los resultados del análisis de las aguas de la bahía Guanabara -lugar donde nadarán los competidores de los Juegos Olímpicos, además de Copacabana- demuestran que si un atleta ingiere tan solo tres cucharaditas de agua de la bahía, tiene un 99 por ciento de probabilidades de enfermarse al contraer el adenovirus humano.
Este virus se multiplica en los tractos intestinales y respiratorios de las personas, ocasiona enfermedades respiratorias y estomacales, incluyendo diarrea explosiva y vómitos, y también puede provocar otras enfermedades más graves que afectan al corazón y cerebro.
“La cantidad de materia fecal que desemboca en las masas de agua de Brasil es extremadamente alta”, asegura Fernando Rosado Spilki, un virólogo y experto en calidad de agua de la Universidade Feevale en Brasil, quien también ha hecho pruebas con el fin de conocer las condiciones del agua en las sedes de competencia. Con estos datos, Rosado dice que es “muy probable que una persona que nade en estas aguas contraiga una infección”.
En agosto de 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya había reclamado que el gobierno brasileño iniciara una limpieza de sus aguas costeras y de la laguna Rodrigo Freitas, pero hasta ahora, lo único que ha avanzado ha sido los niveles de contaminación.
Causas de la contaminación
"¿De dónde es que viene toda esta contaminación? Infelizmente, como las políticas habitacionales (en Brasil) no son permanentes, tenemos grandes conglomerados urbanos llamadas “Favelas”, localizadas prácticamente en los ríos. Todos los desperdicios de esas comunidades son lanzados a los ríos y los ríos van a parar al Canal do Fundao, y el Canal va a parar a la bahía de Guanabara. La basura queda flotando en la bahía o va a sus profundidades para nunca más salir de ahí”, cuenta Mario Moscatelli en un reportaje del NYT, experto en recuperación de áreas costeras degradadas.
Los expertos en medio ambiente aseguran que hay posibilidades y maneras de revertir este cuadro de contaminación, al menos a largo plazo, pero que es necesaria una voluntad política permanente.
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