El 1 de noviembre de 1927, la Selección Peruana de fútbol debutó en un partido oficial por el Campeonato Sudamericano (hoy Copa América) que se realizaba en Lima. El primer rival fue uno de enjudia internacional: Uruguay, que tres años antes se había coronado con el oro olímpico en los Juegos de París. Las diferencias fueron abismales y los charrúas nos golearon cuatro a cero.
De a pocos, la "blanquirroja" se fue adaptando. En 1930 fue invitada a la primera Copa del Mundo en Uruguay, donde no pudo pasar la primera fase. En 1935 quedó tercero en el Sudamericano y eso le bastó para participar en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, donde tuvo una decorosa actuación.
En 1938, Perú obtuvo su primer logro: venció en los Juegos Bolivarianos de Bogotá, al imponerse con comodidad sobre Colombia, Ecuador, Bolivia y Venezuela, rivales inferiores a nuestro equipo por aquellos tiempos. De igual forma, ese título fue festejado. Pero nunca tanto como el de 1939.
EL CAMINO HACIA LA GRAN GESTA
Por tercera vez en 12 años, Lima sería sede del Campeonato Sudamericano de Fútbol. En aquella época, los torneos de selecciones se realizaban en la estación del verano, por lo que el calendario señalado fue del 15 de enero al 12 de febrero de 1939. Además del anfitrión, participaron Chile, Ecuador, Paraguay, y Uruguay, que por aquellos años era una de las selecciones más poderosas del mundo.
El torneo se disputó como se hacía en la época: todos contra todos, y el que sumaba más puntos era el campeón. En caso de empate en el primer lugar, se jugaba un partido extra para definir al ganador del título.
El domingo 15 de enero, la Selección Peruana, dirigida técnicamente por el inglés Jack Greenwell, salió a la cancha del antiguo Estadio Nacional de madera para enfrentar al Ecuador, que hacía su debut en torneos sudamericanos. Antes de eso, Paraguay había goleado a Chile por 5-1.
Perú, con mayor experiencia, mandó en la cancha. Teodoro "Lolo" Fernández abrió el marcador a los seis minutos. Jorge "Campolo" Alcalde marcó el segundo y "Lolo" elevó el marcador a 3-0, con lo que se fueron a las duchas. En el segundo tiempo los ecuatorianos descontaron, pero "Lolo" y "Campolo" marcaron un gol cada uno para dejar el resultado final 5-2.
Una semana después, la "blanquirroja" se enfrentó a Chile, el clásico rival. Antes de ese partido, Uruguay, la única selección de cartel mundial en aquel torneo, había debutado aplastando 6-0 a Ecuador.
En cuanto al encuentro con los chilenos, el primer tiempo terminó empatado sin goles; pero al minuto del segundo tiempo "Lolo" abrió la cuenta. Chile empató a través de Alfonso Domínguez; pero otra vez "Lolo", junto a "Campolo", fueron decisivos otra vez para dejar las cosas 3-1 en favor de Perú.
El domingo 29 de enero, Uruguay venció a un complicado Chile por 3-2. En el partido siguiente, Perú debía vencer a Paraguay para mantenerse arriba en la tabla. La "blanquirroja" supo imponer sus condiciones y goleó 3-0 a los guaraníes, con dos goles de "Lolo" y otro de "Campolo", que pese a jugar en clubes diferentes (Universitario y Sport Boys), se complementaron bien en el ataque nacional.
Con esos resultados, Perú comandaba la tabla con seis puntos, mientras que Uruguay y Paraguay le seguían con cuatro. A nuestra selección le convenía que ambos equipos empaten en el juego que disputarían el 5 de febrero; pero la "garra charrúa" fue más, y llegó a la fecha final con el mismo puntaje de los nuestros.
LA GRAN FINAL
Uruguay se había ganado el ribete de potencia futbolística, gracias a sus seis títulos sudamericanos entre 1916 y 1927, dos olímpicos (1924 y 1928) y la victoria en la Copa del Mundo de 1930. Para Perú, era el momento de demostrar que estaba listo para dar el gran salto en el fútbol.
El domingo 12 de febrero de 1939, ante cerca de 40 mil espectadores, Perú salió a la cancha del viejo Estadio Nacional con Juan Honores en el arco; Arturo Fernández (hermano mayor de “Lolo”) y Raúl Chapel en la defensa; Carlos Tovar, Pablo Pasache y Segundo "Titina" Castillo en el mediocampo; y en la ofensiva Teodoro Alcalde (hermano de “Campolo”), Víctor Bielich, “Lolo”, “Campolo” y Arturo Paredes.
A los siete minutos, "Campolo" hizo saltar de júbilo a los aficionados en el Nacional; y diez minutos antes del final del primer tiempo, "Pichín" Bielich, jugador del Deportivo Municipal, amplió la diferencia a dos. Sin embargo, el goleador uruguayo Roberto Porta le puso suspenso al descontar un minuto antes del descanso.
El segundo tiempo tuvo a miles de aficionados peruanos instalados en las tribunas del Nacional con el corazón en la boca, pues los "charrúas" fueron con todo por el empate, con su clásica "garra". Sin embargo, pudo más el temple del elenco incaico, que resistió, complicando al arco uruguayo con sendos disparos de larga distancia de "Lolo", y mantuvo el marcador 2-1.
Perú gritó campeón por primera vez en América del Sur, al sumar ocho puntos, dejando atrás al poderoso seleccionado uruguayo con seis; Paraguay sumó cuatro; Chile dos y Ecuador se quedó con cero. “Lolo” Fernández fue el goleador con 7 tantos, dejando atrás a “Campolo” y al uruguayo Severino Varela, que brilló en Boca Juniors, con cinco goles.
LA EXPLOSIÓN DE UN PUEBLO
La obtención del Campeonato Sudamericano de Fútbol desató la algarabía en toda la nación. Mucha gente salió a las calles a festejar. Según el historiador deportivo Jaime Pulgar Vidal, la victoria de la Selección fue considerada el primer logro del país y por primera vez se habló del orgullo de ser peruano:
"Por primera vez, pobladores locales de toda condición social y económica tuvieron un motivo para juntarse, sentirse peruanos y festejar. Tal vez parezca exagerado, pero a través del fútbol se iba gestando una idea de Nación."
Luego vendrían dos décadas de buenos futbolistas y malos resultados, acaso tan parecidas a las que vivimos en los últimos años, para que a fines de los años 50, se gesten varias generaciones que otra vez, supieron colocar al fútbol peruano en un alto nivel no solo sudamericano, sino en las Copas del Mundo.
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