China acordó hoy con Estados Unidos la necesidad de impulsar una nueva resolución del Consejo de Seguridad de la ONU contra Corea del Norte por su nuevo ensayo nuclear, pero ambos países mostraron poco consenso en cuanto a su contenido y a la incorporación de sanciones. 

El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, cumplió hoy en Pekín su última etapa de una gira asiática que le llevó previamente a Laos y Camboya y que en China tenía un objetivo primordial: lograr el apoyo de la segunda economía mundial para fijar nuevas sanciones contra Pyongyang.

Tras un largo encuentro con su homólogo chino, Wang Yi, que demoró en más de tres horas la rueda de prensa prevista debido, según dijo el propio Kerry, al contencioso norcoreano, ambos admitieron haber llegado a un acuerdo sobre la necesidad de una nueva resolución contra Pyongyang, pero poco más.

"Estamos de acuerdo en la importancia de una resolución fuerte del Consejo de Seguridad", afirmó Kerry junto a Wang frente a los medios, y añadió: "pero todavía tenemos que determinar qué hacer o qué decir".

Menos de un mes después de que el líder norcoreano, Kim Jong-un, anunciara que el país había llevado a cabo su primer ensayo con una supuesta bomba de hidrógeno, Kerry consideró hoy que, haya o no tenido lugar la prueba, esta "es una amenaza para cualquier nación en el mundo".

"Déjenme ser claro, las acciones de Kim Jong-un son temerarias y peligrosas", enfatizó Kerry.

Por ello, el jefe de la diplomacia estadounidense no dudó en sugerir cómo podrían ser las nuevas sanciones, indicando el tránsito de bienes y servicios "que fluye entre China y Corea del Norte", y citó en concreto los "intercambios de varios recursos, como el petróleo".

"No es un secreto: EEUU cree con firmeza que China tiene una capacidad particular por su rol y sus conexiones con Corea del Norte que nos podría ayudar de forma significativa a solucionar esto", añadió.

Pero Wang, que admitió haber llegado a un acuerdo para impulsar una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU contra Corea del Norte, fue mucho más ambiguo y menos contundente a la hora de hablar de posibles sanciones contra el país vecino.

El ministro enfatizó que la posición de China, el mayor aliado internacional de Corea del Norte, "no se verá influida por acontecimientos específicos o el estado de ánimo del momento".

Para Wang, "la nueva resolución no debería provocar nuevas tensiones o desestabilizar la península norcoreana", subrayando que "las sanciones no son un fin en sí mismas", frase que repitió hasta dos veces durante la rueda de prensa.

"La posición de China es clara, consistente, responsable y sensata. Y rechazamos todas las especulaciones infundadas y tergiversadas sobre esto", reclamó, en una velada referencia a la insinuación de un alto cargo del Departamento de Estado el pasado domingo de que Pekín puede hacer más en el asunto norcoreano.

El ministro resumió los "tres compromisos" de China ante el conflicto del país vecino: conseguir la desnuclearización, preservar la paz y la estabilidad y resolver los asuntos a través del diálogo y las consultas.

Todos esos compromisos, señaló, "están unidos y no pueden ir por separado".

China ha insistido con anterioridad en su voluntad de retomar las conversaciones a seis bandas (las dos Coreas, Rusia, Japón, China y EEUU) para la desnuclearización de Corea del Norte, que comenzaron en 2003 y se paralizaron en 2009 por la retirada de Pyongyang del diálogo.

A la vez, China, con capacidad de veto al ser miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, ha participado en las últimas cuatro resoluciones de este organismo contra Corea del Norte desde 2006, que impusieron y fortalecieron sanciones contra Pyongyang por el desarrollo de su programa nuclear, siendo la última de 2013.

Mientras no se descarta que China acabara apoyando más sanciones, analistas ven difícil que acceda a las peticiones más severas de EEUU, que podrían diezmar sus relaciones económicas con Corea del Norte, para la que Pekín es el principal exportador de alimentos y de energía, y mermar su influencia sobre Pyongyang.

"Nuestro objetivo debería ser devolver el asunto nuclear de la península norcoreana a la mesa de negociaciones", insistió Wang.

Kerry, que elaboró durante más tiempo que Wang la postura de EEUU sobre Corea del Norte, trató de calmar los ánimos pero dejó claro que no cejarán en su empeño.

"No queremos elevar las tensiones militares y no buscamos tomar más pasos que los que se decidan en el Consejo de Seguridad de la ONU. Pero no huiremos de las acciones que sean necesarias para conseguir nuestro objetivo", afirmó.

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Texto de Paloma Almoguera para EFE y foto de cabecera de EFE