Nadie duda que el fútbol peruano, pese a que tiene unas de cal y otras de arena en la presente década, tiene un potencial. Y produce jugadores con talento para el juego como Christian Cueva. Nadie discute la calidad del trujillano (se fue a Huamachuco a los dos años con su familia), pero al mismo tiempo, esa calidad se diluye cuando se deja llevar por su carácter.

"Cuevita", como es conocido en el ambiente futbolero, salió de las canteras de la Universidad San Martín, donde estuvo entre 2008 y 2012. Marcó 20 goles en 130 partidos, y ese mismo año pasó al César Vallejo de su natal Trujillo. Sin embargo, aquí solo duró cinco partidos, porque fue separado por jugar fulbito. En pocas palabras, se exponía a una lesión.

Tras esa experiencia, Cueva se fue a Chile a jugar por la Unión Española. Solo estuvo medio año en el cuadro "hispano", jugando 15 partidos, sin marcar gol alguno. Pese a esto, fue parte del plantel campeón del Torneo de Transición 2013. Luego "cruzó el charco" para recalar en el Rayo Vallecano, donde solo jugó un partido oficial. Por ello, pasó a la filial del "Rayito".

A finales del 2014 volvió al Perú, para jugar por Alianza Lima. Su paso por el club íntimo, donde jugó 15 partidos y marcó tres goles, fue accidentado. Cuando Huracán goleó a los blanquiazules en Matute por la Copa Libertadores, los hinchas fueron a "cuadrar" a los jugadores en un entrenamiento, y Cueva salió a encararlos

En el torneo local, fue expulsado por una gresca con un futbolista de San Martín (su exequipo). Incluso casi se agarra a golpes con su compañero de equipo, Luis Trujillo, en un partido ante Real Garcilaso.

Todos esos antecedentes lo marcaron como un jugador díscolo. Sin embargo, Ricardo Gareca lo tuvo en cuenta para la Copa América. Allí, el trujillano destacó, al anotar un gol contra Brasil y ser autor de varias asistencias para goles peruanos. Producto de ello, el Toluca mexicano lo contrató en julio.

Pero en agosto vio otra vez la roja, esta vez en canchas aztecas: entró a los 20 minutos del primer tiempo ante Chivas de Guadalajara, y 13 minutos después fue expulsado por "planchar" a un jugador del rival

Parecía que lo ocurrido en la "Bombonera" del Toluca iba a ser la última travesura de "Cuevita", pero el pelotazo que lanzó con las manos contra Mauricio Isla en el partido por eliminatorias contra Chile colmó la paciencia de la afición.

EL CAFÉ CARGADO DEL CIEGO

Quien tiene autoridad moral para hablar de corrección en la cancha (y fuera de ella) es Juan Carlos Oblitas. El actual director deportivo de las selecciones nacionales dijo al DT de El Comercio que luego de su tonta expulsión ante Chile, le dio "un café cargado e irreproducible". Y además dejó algunas reflexiones sobre el caso.

"Lo que me preocupa es que se repita lo que todos vimos ayer, una tontería, una irresponsabilidad, sigo insistiendo que para mí la expulsión de Cueva fue exagerada, pero tampoco podemos soslayar esa actitud irresponsable. Christian debe entender que ya no es 'Cuevita', que es importante para el equipo y que a partir de su expulsión perdimos el partido".

Además, el popular "Ciego", que fue el técnico que más cerca ha estado de llevarnos a un Mundial en estas tres décadas, reveló esto:

"A Christian Cueva se le hizo un gran trabajo mental en la Copa América, pero cuando piensas que ya no va a tener las reacciones que tuvo en el torneo local pasan estas cosas. Hay que seguir y seguir para que entienda. El mensaje que siempre se ha dicho en los últimos días es 'empezamos once y terminamos once'. Siempre lo escucho cuando van a salir a la cancha y mira cómo nos pasó de nuevo".

Ojalá que haya entendido Christian. Parece que ha sido así, luego de su pedido público de disculpas. Porque no queremos verlo como en la foto de cabecera, sino así:

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