Esta historia comienza el 3 de mayo del 2012. Ese día, un camión tráiler de la empresa minera ACOINSA (proveedora de la empresa Técnicas Metálicas, que a su vez es un service de la empresa minera Antamina) que recorría la carretera de penetración Corococha Antamina, sufrió un accidente. Como consecuencia, se produjo un derrame de más de 100 galones de combustible diesel, el mismo que se desplazó por la canaleta de la referida carretera hasta llegar a la laguna Huachucocha, ubicada en la comunidad campesina Túpac Amaru del distrito de San Marcos, en la provincia de Huari (Áncash).
[Mira un prezi sobre la contaminación de la laguna Huachucocha aquí]
Esta laguna es vital para comuneros ya que -como cabecera de cuenca- alimenta a los ríos que sirven como sustento vital y económico (en la zona dedican a la agricultura y ganadería).
Normalmente, cuando ocurren este tipo de accidentes medioambientales, se debe informar, de manera inmediata, a las personas que puedan sufrir las consecuencias. No obstante, Roger Chipana, miembro de la referida comunidad campesina, señaló a LaMula.pe que sus "compañeros se enteraron del accidente pasados dos días".
Inmediatamente, ellos se acercaron a la zona del derrame y les consultaron a los trabajadores de la minera sobre el estado de la laguna. Como respuesta "recibieron burlas" y ninguna explicación sobre lo acontecido. Chipana señala que, incluso, se mostraron agresivos con los comuneros.
Pero este comportamiento inicial no fue lo peor. Según la comunidad campesina, para remediar la contaminación, Antamina utilizó una sustancia dispersante (Biosolve) cuyo uso se encuentra prohibido en lagunas que sean destinadas al consumo humano (tal como lo indica la normativa internacional). Sobre este punto, es importante mencionar que los ciudadanos de esta zona no cuentan con el servicio de agua potable, por lo que la laguna es la única fuente de este elemento tanto para ellos como para sus animales.
Ante este panorama, los comuneros optaron por acudir a la justicia. Así, el presidente de la comunidad, Domingo Vargas Leyva, denunció a Abraham Chahuán (presidente de Antamina), Wilfredo Cáceres Monroe y a Raúl Farfán Amat y León (ambos directivos de la empresa minera), así como a Eduardo Cáceres Cabrera (representante legal de ACOINSA).
Producto de esta acción judicial, se lleva a cabo una inspección fiscal y peritajes por parte de la Dirección Regional de Salud de Áncash (DIRESA) y la Gerencia de Medio Ambiente de la misma región. Ambos organismos en sus respectivos informes ratificaron la contaminación.
Con ellos se abrieron dos investigaciones fiscales en el Juzgado de Investigación Preparatoria-Huari por agravio contra el Estado. La primera (expediente Nº543-2012) contra Cáceres Cabrera y Walter Tarazona Ramírez (chofer de ACOINSA). La otra (expediente Nº028-2015) tiene como denunciados a Chahuán, Cáceres Monroe y Cáceres Cabrera.
DESPUÉS DE TRES AÑOS, ¿CÓMO ESTÁ LA LAGUNA?
Uno podría pensar que, pasado poco más de tres años, este accidente medioambiental debería estar revertido. Craso error. Dice Chinapa:
"Luego de haber generado esta contaminación, la minera debía indemnizar a la población perjudicada, pero no lo ha hecho. Hasta el momento no hay ningún tipo de indemnización a la comunidad campesina y no se ha hecho la limpieza adecuada. De acuerdo a lo nosotros entendemos y es más, conforme a los informes que en su momento sacó la Fiscalía, todo indica que ha habido contaminación. Luego de este tiempo [más de tres años] no se ha vuelto a hacer ningún tipo de limpieza y tampoco hemos visto el interés de preocuparse en qué situación están dejando la laguna. [...] Nosotros vamos a mandar a hacer un estudio [ambiental]".
¿Por qué es importante que una laguna este limpia? Aunque la respuesta pueda ser obvia, vale la pena repetirla: la actividad cotidiana y económica (agricultura y ganadería) de las comunidades campesinas depende de los recursos hídricos. Si estos están contaminados, no tardan en llegar las enfermedades que afectan tanto a niños como adultos (náuseas, diarreas, afecciones al hígado, inflamación de ojos). Asimismo, la contaminación también afecta al ganado (los animales mueren), como efectivamente sucedió en las comunidades cercanas a la laguna Huachucocha.
Sobre este punto hay un dato revelador: de acuerdo con el testimonio de Chipana, cuando los comuneros solicitaron una dotación de agua a Antamina, esta señaló que no podía hacerlo. ¿El motivo? Si ofrecía agua una comunidad, debía hacerlo con todas las comunidades afectadas por el derrame.
LA BATALLA JUDICIAL
Dentro de los juzgados, se ha generado una situación, por decir lo menos, extraña. Según detalla Chipana, ningún funcionario de Antamina se ha presentado cuando han sido citados a declarar por la Fiscalía de Medio Ambiente.
"Están pretendiendo cerrarlas y archivarlas. No va el gerente de la minera. No van los denunciados. Mandan a su abogado y nada más. Esa es la actitud. Es una burla".
El entrevistado, ante esta situación no oculta su desconfianza por el comportamiento de los fiscales:
"Nosotros también denunciamos la actitud de los fiscales que se coluden con la minera. Parece que los compra o, en todo caso, los trata de influenciar".
OTROS PROBLEMAS: EL POZO Y LA CARRETERA
Los conflictos entre Antamina y la comunidad campesina de Túpac Amaru no solo son ambientales, sino también prediales.
Chinapa menciona que la empresa minera ha comprado tierras a un precio muy bajo:
"La minera engaña a la comunidad campesina. Le compra propiedades a un precio irrisorio de US$200 por hectárea".
El miembro de la comunidad señala que en estas tierras se construyeron sus torres de alta tensión (cables de fibra óptica), un mineroducto, y una carretera que divide en la comunidad en dos.
Sobre esta última, Chipana señala que la empresa minera la construyó sobre terrenos que pertenecen a la comunidad. Pero este no es el único dato importante. El entrevistado resalta que todo el desmonte y desechos que produjeron la construcción de esta infraestructura vial lo colocaron en un gran pozo que, evidentemente contamina el medio ambiente.
Como es de esperarse, la comunidad ya prepara acciones legales y no están dispuestos a rendirse fácilmente.
¿QUÉ DICE ANTAMINA?
Si ingresamos a su página web y escribimos en su buscador 'laguna Huachucocha', no nos lleva a ninguna entrada.:
No obstante, en su sección desarrollo sostenible se puede leer lo siguiente:
"En Antamina pensamos que el desarrollo sostenible es el eje central de la gestión social. Buscamos lograr un excelente desempeño social y ambiental que genere condiciones favorables para el desarrollo de nuestra operación, promoviendo la participación del Estado, comunidades y sociedad civil, a fin de mejorar la percepción de bienestar y calidad de vida de la población en nuestra Zona Influencia estratégica".
Como se recuerda, esta empresa minera ha tenido serios cuestionamientos. Uno de los más sonados fue el derramamiento de cobre en el distrito de Cajacay (provincia de Bolognesi) en la misma región: Áncash. Incluso fue sancionado por el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA).
Esta postura, además, es expresada por su representantes, hace poco Martín Calderón Uceda, Gerente de Comunicación Corporativa de Antamina -ante los cuestionamientos que se hacían a empresa señaló:
"Antamina cumple con todas sus obligaciones y no tiene como política dilatar procedimientos administrativos. [La empresa] reafirma su compromiso con el cuidado del medio ambiente y asegura que controla todas sus operaciones; esto es de conocimiento de las autoridades respectivas y se confirma con un cumplimiento ambiental que está en el marco y exigencia de la ley".
Al parecer, no todos están de acuerdo con lo que sostiene Antamina.
[Las fotografías y el material audiovisual fueron proporcionados por la comunidad campesina Túpac Amaru]