Atrás, muy atrás, han quedado los años de enfriamiento entre Estados Unidos y Cuba. Con el deshielo hecho oficial gracias a la reapertura de sus embajadas el último lunes, ambos países dejaron en claro su deseo de normalizar sus relaciones. Con todo, todavía quedaban temas pendientes, pero quizá el más importante de todos sea el embargo económico de la tierra del Tío Sam contra la isla. 

Al menos con el principal artífice de este reencuentro, Barack Obama, no quedan dudas de su intención de regresar todo a la normalidad. El mandatario ya hizo el pedido para que se levante el embargo. Ahora, todo queda en manos del Congreso estadounidense, un escollo no poco fácil, en especial por las facciones republicanas.

Pero, como toda negociación, este es también un juego de cálculos políticos y, en especial, económicos. Y la gestión de Obama está apelando al empresariado para facilitar este proceso. Son los hombres de negocios los verdaderos embajadores, el puente por el que cruzarán los intercambios comerciales.

REUNIÓN CLAVE

Ayer, miércoles, unos 70 empresarios cubanoamericanos fueron convocados a la Casa Blanca para una reunión a puerta cerrada, según confirma el diario español El País. Se trata de industriales, abogados y hombres fuertes que buscan con avidez hacer negocios en la isla y que necesitan para ello el fin de las restricciones.

Según uno de los participantes, que optó por no identificarse, el pedido de EEUU es claro. “Quieren que seamos la avanzada –dijo–. Nos pidieron que busquemos los huecos que haya en el embargo donde nos podamos colar y que le digamos al Gobierno cubano que empiece a mostrar interés en trabajar con nosotros”.

En dicha reunión, auspiciada por grupos que hacen un fuerte lobby contra el embargo, estuvieron presentes altos funcionarios del Ejecutivo norteamericano, como Ben Rhodes, una de las puntas de lanza en las negociaciones secretas que llevaron al acuerdo para normalizar las relaciones en diciembre.

¿Y LUEGO QUÉ?

Lo que aún no queda del todo claro es hasta dónde busca llegar Obama en su acercamiento a Cuba. Hay quienes apuntan a una mayor flexibilización de las relaciones comerciales e incluso la posibilidad de permitir los viajes individuales hacia el país caribeño, que hasta hoy continúan prohibidos.

Pero hasta el momento, todas son especulaciones. Lo que sí queda claro es que los empresarios son para Obama su instrumento de presión clave frente al Congreso. La llegada de la empresa Airbnb a Cuba en abril ya esbozó una interesante plataforma de negocios que hizo sonar más fuerte la necesidad de liberar los viajes a la isla. Y es que la Casa Blanca continua convencida de que el turismo es una de sus mejores formas de diplomacia.

Además, cuenta con el respaldo popular: según una encuesta reciente, la población estadounidense apoya ampliamente que se reanuden las relaciones con Cuba, incluido el levantamiento del embargo.

Porque ahora los principales aliados andan en saco, corbata y maletín. Los tiempos del antiimperialismo han pasado ya.


(Foto de cabecera: Reuters)


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