En medio de los esfuerzos del premier Pedro Cateriano por bajar la tensión con la oposición para lograr el voto de confianza en el Congreso, el presidente Ollanta Humala volvió a arremeter contra los críticos de su esposa, Nadine Heredia.
Durante su discurso en la inauguración de obras en Ayacucho, el jefe de Estado dijo lo siguiente:
"Vengo trayendo el saludo y el abrazo de Nadine (Heredia), que trabaja a pesar de todos los insultos, calumnias que hacen algunos cobardes cuando ven que una mujer tiene éxito, trabaja y apoya a su esposo".
Humala agregó:
"Eso le puede pasar a cualquiera de ustedes que también tienen a su compañera que trabaja y no falta una jauría de cobardes que solo sabe criticar lo que hace ella".
Luego, en declaraciones a la televisión estatal, el presidente sostuvo que los cuestionamientos a Nadine Heredia provienen de una clase política "tradicional" que no perdona "el éxito y el trabajo de otras personas y más cuando se trata de una mujer".
Esta semana, el congresista aprista Mauricio Mulder pidió en la Comisión Belaunde Lossio que Nadine Heredia sea investigada y que se le levante el secreto bancario.
La primera dama aún no aclara las dudas sobre su patrimonio y algunos pagos por supuestas asesorías que recibió de la empresa Centros Capilares, vinculada al prófugo empresario Martín Belaunde Lossio, exfinancista electoral de Humala.
La defensa del presidente de su esposa es entendible, lo ha hecho siempre, pero lo que llama la atención es el momento y el tono en que lo hace: justo cuando su flamante premier, Pedro Cateriano, busca lograr la investidura del gabinete. ¿O esto es parte de una estrategia?
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