Decenas de llamadas telefónicas con personajes claves del entorno de César Álvarez inclinaron la balanza en perjuicio del suspendido exmandamás de la Fiscalía del Santa, Dante Farro Murillo.

Con el registro de llamadas en mano, la fiscal suprema de Control Interno, Nora Miraval Gambini, emitió el jueves pasado un informe que recomienda que la Junta de Fiscales Supremos le abra a Farro investigación preparatoria por su presunta pertenencia a la organización de ‘la Bestia’ y por haber supuestamente obstaculizado el allanamiento al inmueble denominado ‘La Centralita’.

El informe de Miraval, de 71 páginas, plantea que la Junta de Fiscales Supremos “debe formalizar y continuar con la investigación preparatoria contra” Farro por los cargos de “asociación ilícita para delinquir en concurso real con los delitos de corrupción de magistrado – cohecho pasivo específico, tráfico de influencias y violencia contra la autoridad para impedir el ejercicio de sus funciones en su modalidad agravada”.

“¡Es un pésimo informe!”, ha dicho Dante Farro en diálogo con LaMula.pe, que ampliaremos en el siguiente informe.

No obstante, en su contra jugaron dos hechos considerables: los testimonios de un colaborador eficaz y tres testigos con código de reserva, y las llamadas telefónicas reveladas tras el levantamiento del secreto de sus comunicaciones. Varias de ellas, con agentes de la escolta personal del propio Álvarez Aguilar.

Fueron quince las líneas de teléfono celular sometidas a examen por Control Interno. A continuación, un resumen de estos hallazgos.

En el año 2012, el entonces fiscal superior decano del Santa, Dante Farro Murillo, registró cuatro comunicaciones con Hugo Raul Mayo Cortez, un policía de Seguridad del Estado que formaba parte de la escolta personal de Álvarez Aguilar.

Desde su celular 943971502, Mayo Cortez llamó en cuatro ocasiones al teléfono de Dante Farro, 949686121. La primera llamada duró 7 segundos; la segunda, 14 segundos; la tercera alcanzó los 80 segundos y la última, 118 segundos.

En el mismo año, el mismo teléfono móvil de Farro sonó 21 veces. Lo llamó del 943446937 otro suboficial de Seguridad del Estado asignado a la protección personal del expresidente regional: Jekess Wlletd Granda Puicón. Las llamadas oscilaron entre los 3 y los 286 segundos.

Pero desde el teléfono de Farro también se hicieron llamadas a los mismos agentes de seguridad.

La empresa América Móvil Perú SAC informó a Control Interno de la Fiscalía que desde los teléfonos celulares 987589272 y 949686121, Farro llamó una vez a Hugo Mayo, y en 9 ocasiones a Jekess Granda. ¿Por qué el fiscal más importante del Santa se comunicaría reiteredamente con dos suboficiales de la Policía?

Farro señala que lo hacía para informarle a César Álvarez –vía sus guardaespaldas– de alguna circunstancia que a éste le inquietaba saber sobre el trabajo de la Fiscalía del Santa. No obstante, para Control Interno habría otra explicación.

Durante las investigaciones judiciales en los casos La Centralita y Ezequiel Nolasco han surgido testimonios que indican que cuando la exautoridad quería comunicarse con alguien de forma reservada, usaba los teléfonos de sus guardaespaldas.

Por ejemplo, el testigo con código de reserva 10-14 del caso La Centralita ha dicho que cuando Álvarez realizaba sus comunicaciones telefónicas, utilizaba el celular del mayor PNP (r) José Luis Carmen Ramos, otro hombre de su entorno de seguridad.

El propio policía Hugo Mayo ha admitido haber recibido llamadas de personas allegadas al presidente regional “porque el que llamaba me decía pásame con el presidente y yo le pasaba”.

“Muchas personas llamaban, entre ellos, empresarios, y también él (Álvarez) llamaba de mi teléfono por medidas de seguridad”, ha confesado Mayo.

Este efectivo ha revelado que Álvarez también usaba los teléfonos del suboficial Jekess Granda Puicón y de Wilson Vásquez, su chofer. Por eso, no se descarta que con Farro haya ocurrido lo mismo.

Farro tenía registrados dos teléfonos Nextel (946128335 y 981518285), a los cuales llamó en 30 ocasiones uno de los “periodistas comando” más “renombrados”, Nelson Vásquez Baca. Otro de ellos, Sándor Renilla Horna, hizo lo propio en 28 oportunidades.

Farro también los llamó: 3 veces a Vásquez y 6 a Renilla.

“Eran llamadas por consultas periodísticas, además, sólo han puesto las llamadas que ellos me hicieron. ¿Por qué no ponen los nombres de los demás periodistas que me llamaban para preguntarme por asuntos de la Fiscalía?”, se defiende Farro.

El registro de llamadas también ha encontrado una comunicación con un Nextel a nombre de Luis Arroyo Rojas, el número 2 de la red de Álvarez, y también consigna que recibió tres llamadas desde el teléfono fijo (043) 518080 el 20 de julio de 2010, día en que atentaron por primera vez contra Ezequiel Nolasco y asesinaron a su hijo político. Según Control Interno, quien lo llamó fue el hombre clave de Álvarez en el gremio de Construcción Civil, Víctor López Padilla.

Farro sostiene que ese número es de un teléfono público, y por lo tanto, no hay forma de identificar quién lo llamó.

Pero hay varias coincidencias y elementos de sospecha, y será la Junta de Fiscales Supremos la que decidirá si acoge o no el informe de Nora Miraval. Según Farro, los fiscales supremos Carlos Ramos y José Peláez buscan sacrificarlo para librarse, ellos, de este entuerto, y por eso demanda que se inhiban de ver su caso.

Es decir, estamos ante el enfrentamiento entre el “fiscal de César Álvarez” y quienes desde la capital se hicieron de la vista gorda por años.

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