"Siempre he atesorado el ideal de una sociedad libre y democrática, en la que las personas puedan vivir juntas en armonía y con igualdad de oportunidades. Es un ideal por el que espero vivir y, si es necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto a morir", afirmó Mandela en 1961 durante su juicio por alta traición. Sus declaraciones le llevaron a prisión durante 27 años. 

Nelson Mandela (18 de julio de 1918) es una leyenda política que ha marcado un antes y un después en la historia de Sudáfrica. Educado en su pequeño poblado en Transkei -familia de los jefes supremos de la tribu de los Tembu-, fue formado para convertirse en dirigente y líder de su clan. Sin embargo, se rebeló contra su destino, estudió derecho y se entró en política para luchar contra las prácticas xenófobas del Apartheid.

Su rebeldía se empezó a manifestar en su época de bachiller, para radicalizarse desde 1948, cuando la discriminación y segregación se oficializó. Durante su época de universitario coincide con Oliver Tambo, futuro presidente del Consejo Nacional Africano (CNA). Con Tambo funda el primer bufete de abogados negros. 

En 1958 se casa con su segunda mujer, Winnie Mandela (en la imagen, el día de su boda), primera asistenta social negra y activista del país. Su matrimonio duró hasta 1992 y dejó dos hijas, que se sumaron a las que tenía de su relación con su primera esposa, Evely Ntoko.

'Madiba' —'abuelo venerable', como le conocen en Sudáfrica— no estaba dispuesto a aceptar la exclusión racial de los negros en un país dominado por blancos. En 1948, el Partido Nacional de Sudáfrica (PN) ganó unas elecciones en las que sólo podían votar los blancos. Como forma de lucha, se creó el Congreso Nacional Africano (CNA) en 1912 para terminar un sistema de segregación racial y al que se unió Mandela en 1942.

El opositor del régimen Apartheid empezó a subir puestos en el CNA, liderando las campañas no violentas contra el Apartheid desde la Liga Juvenil. Sin embargo, llegaron las primeras encarcelaciones y acosos del gobierno, que le acusaba de alta traición por sus actos de desobediencia civil. Como "última alternativa" a la sistemática y cruel represión del Estado segregacionista, Mandela y los suyos crearon la organización armada 'Lanza de la Nación'.

Desde entonces, recorrió el país luchando por su ideal y promoviendo actos de desobediencia civil, hasta que fue arrestado y acusado de alta traición y terrorista. El número de prisionero 46664 sería su símbolo.  

Activista, líder político y héroe mundial de la paz, Mandela fue un reo en condiciones infrahumanas. Vivió en una prisión donde desempeñó trabajos forzados en las canteras de cal.  La segregación racial era patente: menores raciones para los presos negros, separación física y menos privilegios que los condenados por crímenes de sangre.

Cuando Frederik de Klerk, el último presidente blanco de Sudáfrica, anunció su liberación tras 18 años en una prisión de alta seguridad, el 11 de febrero de 1990, Madiba lo dejó perplejo con su respuesta: “Es demasiado pronto”. Llevaba 27 años preso.

“Señor Mandela, ¿cómo puede decir que es demasiado pronto? ¡Ya ha estado mucho tiempo ahí dentro! Vamos a negociar muchas cosas en el futuro, pero sobre la fecha de liberación, no. Sin embargo, podemos negociar dónde y a qué hora quiere ser liberado”, le respondió de Klerk. Mandela sonrió y lo aceptó, explicó Klerk en una entrevista en un foro en África, según Efe.

Desde el Papa hasta el Gobierno de EEUU, acusado antaño de haberle delatado por sus vínculos con el comunismo, los líderes mundiales y la población exigieron su liberación.

Mandela salió en libertad sin rencor y fiel a sus ideales de reconciliación. En libertad, pasa a encabezar la oposición al Gobierno blanco, como vicepresidente del CNA primero, y después sustituyendo al número uno, Oliver Tambo, tras su marcha en 1991.  

Mandela recorre el mundo para dar a conocer la situación de su país y pedir que se mantengan las sanciones económicas hasta que desaparezca el Apartheid. El referéndum sobre la reforma de la Constitución celebrado y aprobado en 1992 supone avances para la población negra.

Así, toma las riendas de la transición del país cambiando su condición de 'peligroso opositor' por la de presidente en abril de 1994. Son las primeras elecciones libres, en las que 20 millones de sudafricanos pueden ejercer al fin su derecho al voto. El 62,6% de los votos le convierten en presidente de la nación y finalizando a más de 300 años de control blanco.

Una de sus primeras medidas como presidente es renunciar a la tercera parte de su salario para dedicarlo a la creación del Fondo Nelson Mandela para la Infancia.

En 1992 recibió el Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional junto con el entonces presidente sudafricano Frederik De Klerk . Un año después volvería a compartir con él otro gran honor, el Nobel de la Paz. Nombrado doctor 'honoris causa' en seis universidades, su papel de mediador en conflictos internacionales, como el antiguo Zaire o Burundi, continuaron sumándose entre sus logros.

Su gesto siempre sonriente contrastan su dura biografía. Modelos, cantantes, actrices y políticos han buscado una fotografía con el líder.

En su nombre, y bajo el famoso '46664', su número de prisionero, se han organizado conciertos y actos benéficos en todo el mundo. Principalmente contra la enfermedad que terminó con la vida en su hijo Makgatho, el sida.

El planeta quiso honrar a 'su padre' en julio de 2008 con motivo de su 90 cumpleaños. Londres celebró en Hyde Park un macroconcierto en el que participaron estrellas del cine, la música y la política.  

"Mandela no sólo inspiró a su país, inspiró al mundo entero", indicó Cint Eastwood tras las presentación de la película 'Invictus' (2009), basada en el libro 'El factor humano' de John Carlin. Uno de los muchos homenajes que ha recibido el mandatario.

A sus 92 años, se conoció a un Mandela más íntimo. Su declaración "No quiero que me consideren un santo" forma parte del libro 'Conversaciones consigo mismo' (2010), en él que refleja el intenso dolor sufrido durante su estancia en la cárcel.

Hasta sus 94 años, Mandela ha sido el ícono de la lucha antirracial en el mundo. La salud de Mandela empeoró desde enero de 2011. El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, informó por primera vez de que Mandela, de 94 años, había entrado en estado "crítico" el 23 de junio. La última aparición pública de Mandela se remonta a la ceremonia de clausura del Mundial de Fútbol de 2010 celebrado en Sudáfrica.

“Siempre te querremos, Madiba. Descansa en paz”, afirmó el presidente, Jacob Zuma, tras anunciar la muerte de Mandela en su casa de Johanesburgo, después de casi seis meses ingresado en hospital de Pretoria.  

Con admiración y tristeza, todo el mundo ha elogiado la contribución del opositor del régimen Apartheid a un mundo mejor. Así se inicia el duelo por la muerte de un líder que ya forma parte de la historia del siglo XX.

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