Polémico, detestado, aplaudido. Hábil negociador, político práctico. Represor para su país (si no, que lo digan los homosexuales o las chicas de Pussy Riot), demócrata para el mundo. En setiembre sacó un conejo de la galera al proponer a Siria que entregue su arsenal de armas químicas al control internacional, con lo cual dejó sin piso a su par estadounidense, quien encabezaba la opción de atacar al régimen de Bashar al Assad. Días antes, en plena Cumbre de los G-20, también hizo gala de sus habilidades de convencimiento al hacerse de la partida geopolítica y decirle a EEUU que la solución al conflicto con Siria no iba por lo militar. Por si eso bastara, otro duro golpe fue acoger al informante Edward Snowden, quien reveló el espionaje que hace la Agencia de Seguridad Nacional.

Todo indica que este año Vladimir Putin le ganó a Barack Obama. Pues ayer se dio a conocer el reciente ranking de los más poderosos del mundo de la revista estadounidense Forbes y quien lidera el listado es el ruso, con lo cual por segunda vez Obama no ocupa esa posición (la primera vez ocurrió en el 2010, cuando Hu Jintao le ganó).

Para Forbes, Putin logró el primer lugar "porque muestra su fuerza en su país y en el escenario global con una alta frecuencia". Prueba de ello es su determinante participación en los temas de Siria y el asilo a Snowden.

Por otro lado, la revista considera que la derrota de Obama también se debe al cierre parcial del gobierno federal y la interminable pugna entre republicanos y demócratas cuya principal discordia es el 'Obamacare'.

Sea como fuere, nadie le quitará lo bailado este año a Putin.