El tema de la educación es uno pendiente de solución en el Perú, lo sabemos. A pesar de que desde hace décadas abundan los estudios académicos de universidades, ONG, centros de investigación y del Estado, es un tema que no se cierra muchas veces por falta de voluntad política. Reflejo de ello lo vemos en diferentes rankings mundiales en los que el Perú es jalado en educación.

Dentro de esta problemática destaca la educación rural, la cual ha sido eje de investigadores -y supuestamente los gobiernos- que buscan elaborar propuestas para mejorarla a partir de componentes como el proceso pedagógico, la infraestructura, la relación entre colegios y familias, el trato a los escolares, el nivel de la enseñanza, entre otros temas. Estudios que van y vienen: unos, aplaudidos y estimulados; otros, saludados pero olvidados.

Ahora es el turno de la Defensoría del Pueblo. La institución supervisó entre abril y junio más de 450 instituciones educativas de áreas rurales, con el propósito de contribuir a que se garantice el derecho a la educación de miles de niños y niñas. La muestra estuvo compuesta por escuelas públicas del nivel primario pertenecientes a zonas de pobreza y pobreza extrema.

Los principales hallazgos del estudio -que serán presentados en noviembre- estuvieron relacionados con problemas con el inicio del año escolar, la accesibilidad, la distribución de textos escolares, los recursos que manejan las Unidades de Gestión Local (UGEL), la infraestructura y mobiliario educativo, entre otros adelanta la Defensoría.

El video que acompaña esta nota muestra testimonios de algunos docentes de Madre de Dios que permiten comprender la complejidad de la situación de estas escuelas. "Nos sentimos abandonados y decepcionados. Es más, discriminados". "La educación que se está llevando acá no es la que queremos, se hace lo que puede". "No hay servicio de agua potable, no hay energía eléctrica, no hay teléfono", dicen.

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