Se veía venir. Tras la estudiada presentación del exdictador Alberto Fujimori durante el inicio del juicio en su contra por el caso 'Diarios Chicha', no faltaron quienes criticaron a aquellos que consideraron abiertamente que solo se trataba de una teatralización. 

Una puesta en escena bien montada en la que se llevó casi al extremo el estado de salud del condenado por delitos de lesa humanidad, que si bien es frágil debido a su edad, no lo pone al borde del desahucio como se pretende mostrar con este tipo de actitudes.

Pero ¿por qué la mayoría no se tragó el cuento del 'chino'?¿Por qué automáticamente se consideró una estrategia? No, no es por que exista 'odio y venganza' como los fujimoristas señalan con esos dedos impregnados de doble moral, sino que ya estamos acostumbrados a las 'performances' de su líder. 

Aquí solo un pequeño recuento

1. La cinematográfica persecución a Montesinos

Luego de estallado el escándalo que pondría fin a su dictadura, Fujimori protagonizó una búsqueda policial digna de una película de acción. En octubre de 2000, Montesinos aterrizaba en nuestro país tras refugiarse un mes en Panamá y su exjefe se propuso encontrarlo. Entonces, muchos consideraron que lo que se buscaba era mantener la atención de la prensa en las 'carreras' de Fujimori mientras su asesor pasaba a la clandestinidad cómodamente. Otros, señalaron que lo que quería en realidad era adueñarse de videos que podrían comprometerlo hasta el cuello.

2. La entrevista

El 2 de mayo de 1999 Fujimori presentaría en sociedad a su mano derecha. Vladimiro Montesinos daría la cara frente a millones de peruanos en el semanario más sintonizado de la época, La Revista Dominical, cuya línea editorial estaba postrada al servicio de la dictadura. Un pasivo Álamo Pérez Luna no haría nada para impedir el lavado de imagen a un asesor de inteligencia que ya empezaba a ser señalado como un hombre oscuro y siniestro. 

3. ¡Soy inocente!

Sin duda pasará a los anales de la historia aquella tarde en que Fujimori rompió su silencio desde que lo extraditaran de Chile, al inicio del juicio que lo terminaría condenando a 25 años. Al momento de referirse a los cargos que le imputaban, espetó una '¡Soy inocente!' que terminó sonando a chiste de mal gusto.

4. El chaleco antibalas

El 22 de abril de 1997 tras el rescate de rehenes en la residencia del embajador de Japón, Fujimori entraría en la escena para confundirse entre los rehenes y comandos con un chaleco antibalas encima de una camisa blanca remangada y un walkie-talkie en las manos. La intención era mostrarse como el estratega de todo el operativo. Algo que disfrutó saludando a los transeúntes desde la puerta del bus que trasladaba a los rescatados al hospital militar.

Al día siguiente, su paso lento al subir las escaleras de la mansión al lado del cuerpo de Néstor Cerpa, confirmarían que estaba dispuesto a usar todos los recursos visuales que tuviera a mano para asentar esa imagen.

5. Indulto, por favor

En su infatigable decisión por conseguir un indulto humanitario, el exdictador recurrió a todo lo que estaba en sus manos para mantener el tema en la agenda mediática. Y cuando veía que todo empezaba a jugar en su contra y empezaba a desaparecer de las primeras planas, no tuvo mejor idea que recurrir a una grabación de la mano de una emisora amiga, donde demostró sus dotes de modulación de voz para dejar su acostumbrado tono enérgico e intentar convencernos con un sonido agotado.

6. La foto

Pero este 'tanteo' mediático en pos del indulto ya había empezado meses atrás con la difusión de una fotografía en la que se le mostraba tendido en una cama aparentemente convaleciente. Una imagen que, al igual que su presentación del último jueves, no convence a nadie.

A nadie.

Notas relacionadas

"Si realmente estaba mal de salud no debió acudir"

"Está jugando con su enfermedad"

Todo sobre el 'show del chino'