La crisis por el espionaje de EEUU a Brasil manifiesta la indignación del gobierno de Dilma Rousseff, incluso al punto de que el ministro de Exteriores brasileño, Luiz Alberto Figueiredo, viajara ayer hasta Washington para reunirse con la asesora de Seguridad Nacional estadounidense, Susan Rice, en la Casa Blanca. 

Durante el encuentro, Rice reconoció las "cuestiones legítimas" generadas por el supuesto espionaje desde Washington a Brasilia y señaló que “comprende que las recientes revelaciones a la prensa –algunas de las cuales han distorisionado nuestras actividades y otras han provocado preguntas legítimas por parte de nuestros amigos y aliados- han creado tensiones en la estrechísima relación bilateral con Brasil”.

La cita se concretó tras el encuentro privado que celebraron los presidentes de Brasil, Dilma Rousseff, y de EEUU, Barack Obama, la semana pasada durante la cumbre del G20 en San Petersburgo. Entonces, la mandataria brasileña declaró que Obama se había comprometido a dar explicaciones sobre el caso del espionaje antes de hoy. “La reunión entre Rice y Fugueiredo se produce como parte de ese diálogo”, informó anoche a través de un comunicado la portavoz de la asesora de Seguridad Nacional, Caitlin Hayden. 

En este sentido, Hayden señala que "los Estados Unidos están comprometidos a trabajar con Brasil para encarar estas preocupaciones, mientras seguimos trabajando de manera conjunta en una agenda compartida de iniciativas bilaterales, regionales y globales".

Además, la asesora principal en seguridad insistió en que "EEUU está llevando a cabo una amplia revisión de sus actividades de inteligencia para asegurar que son apropiadamente diseñadas" y " consistentes con nuestros interesas nacionales, incluidas nuestras relaciones con aliados claves".

"Estados Unidos y Brasil disfrutan de una fuerte y estratégica alianza basadas en nuestros intereses comunes como democracias multiculturales y grandes economías", indicó la nota.

Brasilia supo del espionaje después de que el exanalista de la Agencia Nacional de Seguridad Edward Snowden entregase documentos al periodista Glenn Greenwald. Además, el pasado domingo otros documentos filtrados de la misma forma indicaron que la empresa estatal brasileña Petrobras fue otro de los objetivos de los espías estadounidenses, según el canal de televisión Globo.

Como respuesta, Rousseff condicionó la visita de Estado que tiene prevista el próximo 23 de octubre en Washington, precisamente para recibir explicaciones por parte de la Casa Blanca. Es más, la Cámara de Diputados de Brasil aprobó hoy el viaje de una comisión parlamentaria a la capital rusa para interrogar a Snowden sobre las actividades de espionaje de EEUU a ciudadanos y empresas brasileñas.

Con información de Efe, Reuters

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