Luego de una semana de intensas protestas sociales que exigen mejores servicios y critican al sistema político brasileño, la presidenta Dilma Rousseff, salió en cadena de radio y televisión para responder a las demandas.

"Tengo el deber de escuchar a las calles", señaló Rousseff, pero advirtió que no se puede tolerar la violencia de un "grupo pequeño". "Precisamos de todas sus contribuciones, reflexiones y experiencias", afirmó.  De esta manera, la presidenta brasileña convocó al diálogo con el pueblo, ya que eso es “indispensable para la democracia”.

"Los manifestantes tienen el derecho y la libertad de criticar todo, de defender sus posturas (...) pero deben hacerlo de forma pacífica", señaló la presidenta.

Rouseff prometió mejorar el sistema de transporte público y los servicios de salud. Además, aseguró que espera que el Congreso apruebe un plan para destinar a la educación el 100% de los recursos provenientes del petróleo. "Necesitamos oxigenar nuestro sistema político y volverlo más transparente", señaló.

Con información de BBC y Actualidad RT.