El Perú tiene un nuevo presidente: José Enrique Jerí Oré, abogado y político limeño de 38 años, quien asumió el mando la madrugada del 10 de octubre de 2025, tras la vacancia de Dina Boluarte aprobada por el Congreso con 121 votos a favor, la cifra más alta registrada en un proceso de destitución presidencial. La medida, motivada por denuncias de corrupción e incapacidad moral permanente, pone fin a un gobierno debilitado por la inseguridad ciudadana y la falta de apoyo político.
El mandatario posee un historial bastante peculiar con sus publicaciones en redes sociales, específicamente en X, antes conocido como Twitter. En muchas de estas publicaciones se refiere a las mujeres en un tono lascivo y bastante sugerente.
Una publicación del 24 de diciembre del 2012 dice que “la salchipapa no está tan apetecible como los comensales”

En otra publicación del 16 de febrero del 2013, el actual presidente publicó que “lo que más le gusta de las fiestas infantiles son las animadoras”.
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Otra publicación del 12 de junio del 2011, Jerí menciona que “las buenas mujeres son seducidas con amor, cariño y respeto. Para todas las demás existe Mastercard”.

Existe también otra publicación del 7 de julio del 2015 donde recalca que le motiva que su prima le diga “Un hombre así como tú, de una sola mujer”.

La sucesión de Jerí, prevista en la Constitución Política del Perú, lo convierte en el séptimo mandatario en apenas una década, reflejo de la profunda inestabilidad institucional que atraviesa el país desde la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski en 2018. Desde entonces, los breves mandatos de Martín Vizcarra, Manuel Merino, Francisco Sagasti, Pedro Castillo y Dina Boluarte han configurado un ciclo de presidencias efímeras y crisis constantes.
Un perfil poco convencional
Jerí llega a Palacio de Gobierno con una biografía inusual para la política peruana. No está casado ni tiene hijos, una rareza entre los expresidentes del país, y se define como católico y animalista. Su ascenso político comenzó en Somos Perú, partido al que se afilió en 2013 y donde ocupó cargos orgánicos antes de ingresar al Congreso en 2021 como accesitario tras la inhabilitación de Martín Vizcarra, según Infobae.
Durante su gestión legislativa, presidió la Comisión de Presupuesto (2023-2024) y votó a favor de la vacancia de Pedro Castillo, aunque defendió a Dina Boluarte frente a investigaciones fiscales cuando era vicepresidenta. En su discurso como titular del Parlamento, Jerí apeló a su generación: “La política necesita las ideas y el amor por el Perú de los jóvenes”, escribió en redes sociales tras asumir el cargo.
Entre denuncias y cuestionamientos
El inicio de su gobierno no está exento de controversias. En enero de 2025, una mujer de 31 años lo denunció por violación sexual tras una reunión en una casa de campo en Canta, según un reportaje de Epicentro TV. El caso fue archivado meses después por la fiscalía por falta de pruebas, pero organizaciones como la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH) expresaron su rechazo al ascenso de Jerí, señalando que “el Perú necesita liderazgos con integridad”.
Además, su nombre ha aparecido en investigaciones periodísticas sobre presunto enriquecimiento ilícito y pagos irregulares durante su paso por la Comisión de Presupuesto. Aunque Jerí ha negado todas las acusaciones, las sospechas continúan siendo parte del debate público.
El reto: gobernar en medio del desgaste
La principal tarea del nuevo presidente será restablecer la estabilidad política y enfrentar la crisis de seguridad que se ha convertido en la mayor preocupación ciudadana. El ataque armado contra el grupo musical Agua Marina, en Lima, días antes de la destitución de Boluarte, fue un punto de inflexión. “El principal enemigo está afuera: las bandas criminales y las organizaciones delictivas. A ellas debemos declararles la guerra”, dijo Jerí en su primer mensaje tras asumir el poder,
Con elecciones generales previstas para abril de 2026, Jerí dispone de pocos meses para conducir una transición ordenada y demostrar que puede encarnar el cambio que promete. Sin embargo, la juventud, la falta de respaldo político sólido y las denuncias no resueltas podrían convertir su gestión en otro episodio más del ciclo de presidentes interinos que marcan la historia reciente del Perú.
Foto de portada: Associated Press