La protesta ciudadana contra la inseguridad se enfrenta a un desafío clave: la falta de articulación. Así lo advirtió el politólogo Paulo Vilca Arpasi en "Al Filo" de #LaMulaStream, donde sostuvo que sin una plataforma común será difícil que la movilización del 21 de marzo tenga un impacto político real.
“Es una autoconvocatoria. No hay un grupo o colectivo que la impulse de manera estructurada. Hay muchas plataformas, muchas agendas, diversos afiches sin logos que convocan a distintos sitios”, explicó Vilca.
El investigador del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) señaló que la falta de liderazgo definido en la protesta puede debilitar su efecto en el escenario político.
“Sin una plataforma común será difícil traducir esta movilización en un resultado político contundente”, enfatizó.
La estrategia del gobierno: deslegitimar la protesta
Vilca también alertó que el gobierno de Dina Boluarte ha mantenido una estrategia de deslegitimación frente a las movilizaciones, recurriendo nuevamente al “terruqueo” para descalificar a los manifestantes.
“El gobierno no encuentra otra manera de responder a las protestas que deslegitimarlas. No lo ha dicho directamente, pero ha hablado de ‘fuerzas oscuras, golpistas’, y sabemos que ese es el mismo libreto del terruqueo que ya hemos visto antes”, sostuvo.
En ese sentido, recordó el gesto del ministro del Interior, Juan José Santiváñez, quien lanzó un beso a los manifestantes que exigían su renuncia.
“Ese gesto lo dice todo: ‘no me importan, no me interesan’. Esa es la actitud de este gobierno”, subrayó.
Una marcha sin unificación, pero con amplio respaldo ciudadano
La marcha nacional de este 21 de marzo, impulsada tras el asesinato del cantante Paul Flores (Armonía 10), ha generado una gran convocatoria en redes sociales y contará con la participación de colectivos ciudadanos, gremios de transportistas y organizaciones de la sociedad civil.
Sin embargo, Vilca reiteró que la falta de una estructura organizativa clara podría afectar la posibilidad de que la movilización genere un cambio real.
“Si no hay un grupo articulador que presente demandas claras y haga un seguimiento, la protesta puede diluirse en el tiempo sin lograr resultados concretos”, afirmó.
Boluarte en crisis y un gobierno sin respuestas
El politólogo advirtió que el gobierno de Boluarte, con niveles históricos de desaprobación, no parece preocupado por el rechazo ciudadano.
“Este es un gobierno que no va a caer más porque no le importa lo que la gente piense”, señaló.
La movilización del 21 de marzo pondrá a prueba la capacidad de la ciudadanía para presionar a un gobierno que ha demostrado indiferencia ante el descontento popular. Mientras tanto, el Congreso debate la censura del ministro del Interior.
[Foto de portada: EFE]
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