Hoy se cumplen tres años del derrame de petróleo frente a las costas de Ventanilla, en el que 12,000 barriles de crudo contaminantes se vertieron al océano. Según un informe de CooperAcción, el 60% del crudo derramado sigue sin ser recuperado, perpetuando el impacto en la biodiversidad marina y las comunidades costeras que dependen del mar para su sustento. La falta de una respuesta efectiva por parte de Repsol y las deficiencias en sus planes de remediación han agravado las consecuencias del desastre.

El informe titulado ¿Repsol limpió el desastre? Situación actual y retos pendientes para la recuperación de la vida marina a tres años del derrame de petróleo subraya que los planes de rehabilitación de Repsol han sido rechazados en su totalidad por el Ministerio de Energía y Minas debido a información incompleta y errores graves en la caracterización del daño. Hasta el momento, 18 propuestas de la empresa han sido desestimadas por incumplir con los estándares establecidos, dejando el ecosistema y las comunidades sin soluciones claras.


Un ecosistema en recuperación lenta

El derrame, que involucró crudo tipo Buzios con alta toxicidad por metales pesados como cadmio y plomo, marcó un desastre sin precedentes en Perú. Según Serfor y Sernanp, la recuperación natural del ecosistema podría tardar entre 5 y 23 años, o incluso más en algunas especies. No obstante, Repsol ha optado por un enfoque de “depuración natural” que carece de evidencia científica sólida y contradice las órdenes emitidas por las entidades de protección ambiental para llevar a cabo acciones concretas de remediación.

Ana Leyva, abogada de CooperAcción, enfatizó que “la vida marina ha quedado muy golpeada y va a tener un proceso lento de recuperación si no hay acción humana”.


Comunidades pesqueras en crisis

El impacto no se limita al ecosistema. Un estudio realizado por CooperAcción y Oxfam reveló que las familias pescadoras han perdido un promedio de 149,714 soles al año debido a la contaminación que aún afecta al litoral. Aunque Repsol afirma haber compensado al 98% de los afectados, la Defensoría del Pueblo señala que muchas negociaciones se realizaron bajo condiciones impuestas por la empresa, sin garantizar un trato justo.

“La compensación económica no es suficiente mientras las familias no puedan retomar su actividad pesquera sin poner en riesgo su salud”, señaló Mercedes Yovera, líder de una federación de pescadores afectados.


Sanciones e impunidad

Repsol acumula más de 22 procedimientos administrativos sancionadores y multas que superan los 72 millones de dólares por negligencia en la contención y limpieza, así como por ocultar información clave en los días posteriores al desastre. A pesar de ello, organizaciones como Oxfam denuncian que la falta de compromiso real de la empresa para remediar el daño perpetúa el impacto y socava la confianza en su capacidad de actuar con responsabilidad.


Exigen un enfoque integral y restauración compensatoria

Diana Papoulias, bióloga marina y toxicóloga, sugirió que Repsol debería avanzar hacia un enfoque de restauración compensatoria para reducir los factores de estrés ambiental que impiden la recuperación del ecosistema. Sin embargo, el tiempo perdido en medidas insuficientes y la falta de un plan de remediación efectivo subrayan la urgencia de una intervención técnica adecuada y la supervisión estricta de las autoridades peruanas.


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