Por Alexander A. Antialón Conde*


1. Las dictaduras no son eternas. En el Perú ya lo hemos vivido.

2. El cambio tiene que venir de los mismos venezolanos, no por la intervención militar extranjera o paramilitar que son contrarios al derecho internacional y generaría un precedente nefasto en la región. Podríamos recordar los “vladivideos” a modo de ejemplo o sugerencia.

3. Maduro es quien en la práctica ejerce las funciones de presidente de la república y es con quien los demás gobiernos tienen que entenderse. ¿O algún gobierno encontró algún progreso en su relación bilateral con Venezuela entendiéndose con Juan Guaidó?, que por cierto no se le ha visto en estas fechas decisivas acompañando a la oposición de su país.

4. El realismo político nos dice que los países no tienen amigos sino intereses. Si Maduro logra una propuesta atractiva para Donald Trump, habrá entendimiento y quizá hasta se levanten progresivamente las sanciones económicas contra Venezuela.

5. Considero vigente y necesario relievar la doctrina Estrada de abstenerse los gobiernos de reconocer o no reconocer a otros gobiernos, para que en la práctica puedan seguir teniendo relaciones diplomáticas y resolver en conjunto problemas como la delincuencia, la migración, salubridad, entre otros.

6. México aplica la doctrina Estrada desde su Constitución Política. Con Perú hizo una excepción. El derecho internacional prevé excepción a la no intervención cuando se trata de defender los derechos humanos (Ulloa 1929). Quizá por ello y/u otras situaciones previas AMLO decidió no reconocer al gobierno que sucedió al de Pedro Castillo.

7. La mediación o facilitación de Noruega en Venezuela sigue vigente. Esta ya ha tenido otras suspensiones desde el 2019. Lo último alcanzado fue los famosos Acuerdos de Barbados para garantizar unas elecciones 2024 libres y transparentes, meta que no se consiguió.

8. Si bien el gobierno de Dina Boluarte se inclinó por el no reconocimiento de Maduro, debería tener la creatividad necesaria para que en la práctica las relaciones diplomáticas fluyan y así haya una cooperación directa (no a través de terceros) ya sea para resolver asuntos consulares o problemáticas comunes.

9. La característica principal de toda mediación noruega es la paciencia. Observemos cómo esta se desenvuelve cuando pase la calentura de enero y si hay voluntad de negociar de las partes, se debería de apoyar.

10. En los últimos años en América Latina, incluyendo al Perú, ha habido gritos de fraude en los procesos electorales. Esto debería de evitarse para las elecciones generales del próximo año, de lo contrario el país sería ingobernable por decir lo menos. Quizá pueda instalarse a la brevedad posible una mesa de trabajo amplia y diversa con observación internacional, para así procurar la mayor transparencia y libertad antes, durante y después de los comicios.


* Doctor en Derecho y Ciencia Política, con una Maestría en Ciencia Política y Gobierno, especializado en Relaciones Internacionales. Abogado con amplia experiencia en análisis político y jurídico.