En "El Arriero" de La Mula TV, el escritor Alfredo Villar compartió su visión sobre Lorenzo Palacios, “Chacalón,” y su papel como símbolo cultural en el Perú. Su libro "Papá Huayco", publicado en 2024 por el Fondo de Cultura Económica (FCE), retrata a Chacalón como mucho más que una figura musical.
Para Villar, Chacalón es una figura mítica, “una especie de Inkarri de los desposeídos”, que encarna los sueños y las luchas de quienes enfrentan una sociedad marcada por la desigualdad.
El autor explicó que, en su obra, buscó darle un tono utópico e histórico a Chacalón, comparándolo con figuras como el “Amaru” del que hablaba José María Arguedas.
“Hay una cosa ahí de encontrar en Chacalón a una figura mítica… como un Amaru del que hablaba Arguedas, y como un Inkarri de los desposeídos, a partir de la música”, dijo Villar en entrevista con Javier Torres.
Para él, el “faraón de la cumbia” no solo representa una época musical, sino una forma de resistencia popular que va más allá de lo artístico.
La vida de Chacalón, quien logró convertirse en ídolo pese a una infancia de pobreza y adversidad, refleja una actitud de compromiso con el bienestar colectivo, un rasgo que Villar considera esencial en su conexión con el público.
“Lo que le convierte en un mito para la masa es su praxis, su vida entregada a los demás,” comentó el autor.
Según Villar, Chacalón combinaba su faceta de empresario con una entrega genuina hacia su comunidad, algo que él describe como un “cristianismo o socialismo utópico intuitivo.”
Otro aspecto que Villar subraya en Papá Huayco es el impacto histórico de Chacalón en un Perú que se debatía entre el cambio y la tradición.
“Chacalón representa otro mundo… no el Perú del neoliberalismo y la competencia salvaje,” afirmó el autor.
Villar explicó que, en contraste con el contexto actual, donde la música y el entretenimiento están altamente comercializados, Chacalón se entregaba a su público sin importar las recompensas materiales.
“Chacalón es como Arguedas, con él nace un Perú y muere un Perú,” dijo Villar, destacando que su historia se relaciona con una época de migración masiva y de consolidación de nuevas identidades en la capital.
Para Villar, el legado de Chacalón radica en su capacidad de conectar con la herida profunda de los peruanos y peruanas, especialmente los sectores más desfavorecidos.
“Era alguien que lloraba, pensaba en los desposeídos como él y lloraba. Tenía esa cosa muy afectiva con el desvalido, con el más sufrido,” relató el autor.
En su vida y en su música, Villar encuentra una representación de un Perú que enfrenta la adversidad y que resiste en comunidad, un mensaje que, según él, sigue vigente para las nuevas generaciones.
A través de Papá Huayco, Villar ofrece un tributo a Chacalón, rescatando no solo su impacto musical sino también su significado como héroe cultural y social. La historia de Chacalón, su música y su vida, según Villar, nos recuerda que hay otro Perú, uno en el que la empatía y el apoyo comunitario marcan una diferencia esencial.
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