En una conferencia de prensa celebrada el 22 de octubre en Palacio de Gobierno, la presidenta Dina Boluarte vinculó directamente a los migrantes venezolanos con el incremento de la criminalidad en Perú.
“Nunca ha habido un éxodo como este desde la época de Moisés”, afirmó Boluarte, refiriéndose a los más de nueve millones de venezolanos que han dejado su país.
La presidenta señaló que los extranjeros que estén involucrados en actividades ilícitas serán expulsados de Perú: “A ellos los vamos a capturar y los vamos a botar de nuestra patria”.
Boluarte anunció que su gobierno implementará medidas más estrictas para controlar las actividades económicas y de residencia de los migrantes, particularmente enfocadas en la comunidad venezolana. Estas acciones incluirán la exigencia de contratos de trabajo y de alquiler para los migrantes, así como un seguimiento financiero de las remesas que envían fuera del país.
“Vamos a hacerle seguimiento a las divisas o remesas que se mandan fuera del país, para saber de dónde generan esos ingresos”, afirmó la mandataria, advirtiendo que aquellos migrantes que no puedan demostrar el origen lícito de sus ingresos serán perseguidos por las autoridades.
La presidenta también hizo referencia a la entrada masiva de migrantes en los últimos años y criticó a anteriores gobiernos por permitirlo.
“Sabemos bien quién ha dejado nuestras fronteras abiertas”, señaló sin mencionar nombres específicos.
Estas declaraciones han generado preocupación entre organizaciones de derechos humanos y expertos en migración, quienes advierten que culpar a los migrantes por el aumento de la delincuencia podría alimentar la xenofobia y fomentar la discriminación. Además, recalcan que la mayoría de los migrantes trabaja en la informalidad debido a la falta de oportunidades en el mercado laboral formal, lo cual les generaría un problema para mostrar la documentación solicitada.
Las medidas anunciadas por Boluarte llegan en un momento en que su gobierno enfrenta crecientes críticas por su gestión de la seguridad ciudadana. A pesar de sus declaraciones, el enfoque en los migrantes como causa principal de la delincuencia podría ser calificado como una forma de desviar la atención de problemas estructurales más profundos que afectan al Perú.
[Foto de portada: Presidencia Perú / Flickr]
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