- Escribe: Víctor Caballero Martín (sociólogo)


Cuenta Jorge Luis Borges que el joven Ireneo Funes desarrolló una memoria extraordinaria producto de un accidente. Vivió poco; los recuerdos le abrumaban. Aunque la memoria es valiosa, también puede ser una carga, reflexionaba Borges “Mi memoria, señor, es como vaciadero de basuras”, decía Funes.

En verdad, hay memorias que son un verdadero vaciadero de basura. Una de ella es la memoria de Augusto Bresani León quien en su libro “Ocaso y persecución”, narra con lujo de detalles cómo fue la corrupción y degradación moral que vivió el Perú durante la dictadura de Fujimori.

Bresani, por si ya no se acuerdan, era la persona clave en la red de corrupción que manejaba de la dictadura de Fujimori. Trabajaba bajo las órdenes directa de Vladimiro Montesinos, estaba a cargo de la red de prensa chicha en el que diariamente se denigraba a los opositores políticos de la dictadura. Su otra labor era articular la red de prostitución, que usaba para corromper políticos, jueces, fiscales, periodistas, congresistas, empresarios. Uno de los locales que usaban para tal fin era la famosa “Las suites de Barranco”. A todos los que acudían o caían en la red se les filmaba para luego chantajear lealtades.

Pues bien, uno de esos personajes que abastecía de prostitutas era nada menos que el ya famoso Andrés Hurtado “Chibolín”. Dejemos que Bresani nos cuente ese pasaje de la actuación de este personaje dentro de la red de prostitución armada por Montesinos:

Una pregunta muy pertinente que debemos hacernos es por qué un personaje tan vinculado a la red de prostitución de Montesinos tiene vigencia hasta la actualidad, sin que nada le detuviera. La respuesta quizá se deba a que la corrupción fujimorista se normalizó en los años siguientes. Tanto se normalizó que una Fiscal de Lavado de Activos, muy amiga de Andrés Hurtado “Chivolín” declaraba que el proxenetismo era para ella “normal”.

Hemos regresado a las épocas más corruptas del fujimorismo, tanto así, que al dictador le han brindado “honores de Estado” sabiendo que en su régimen se cometieron delitos no solo de crímenes contra personas, sino que en su gobierno convivieron personajes que construyeron redes de prostitución y de narcotráfico que siguen actuando. Por cierto, ahora se sabe que Andrés Hurtado es testaferro del ya famoso narcotraficante Daniel Chávez Peñaherrera “Vaticano”, aquel que denunció que pagaba 50 mil dólares a Montesinos por cada avioneta que decolaba de sus aeropuertos clandestinos.

Funes, el memorioso, deberíamos ser todos.


[Foto de portada: Andina]