Alberto Fujimori, el expresidente peruano, ha fallecido, y con él parece concluir una etapa clave en la historia política del país. En una Mesa Mulera extraordinaria, Javier Torres reflexionó sobre lo que significa su muerte para el Perú, destacando que "es el fin de una época", una etapa que comenzó en 1990 cuando Fujimori derrotó a Mario Vargas Llosa en la segunda vuelta de las elecciones generales de aquel año.
Javier Torres hizo un repaso de los hitos más importantes de la controvertida carrera política de Fujimori. Señaló cómo, tras asumir la presidencia, Fujimori implementó un agresivo "shock económico" para enfrentar la hiperinflación heredada del gobierno de Alan García. Esta medida, aunque necesaria para estabilizar la economía, fue extremadamente dolorosa para la población en ese momento. Sin embargo, su legado más polémico fue el autogolpe de Estado del 5 de abril de 1992, cuando Fujimori decidió cerrar el Congreso y concentrar el poder en sus manos, "llevando al país a una situación de control total de los poderes", como resaltó Torres.
Durante su gobierno, se libró una batalla feroz contra el terrorismo, que tuvo dos caras: por un lado, las exitosas operaciones del GEIN (Grupo Especial de Inteligencia), que lograron capturar al líder senderista Abimael Guzmán; y por el otro, las violaciones a los derechos humanos perpetradas por el Grupo Colina, una organización paramilitar que cometió crímenes de lesa humanidad y que, a la larga, llevó a Fujimori a enfrentar la justicia.
"Fujimori se instaló como un autócrata, concentrando todos los poderes junto con Vladimiro Montesinos y el general Hermoza Ríos", añadió Torres, subrayando cómo la corrupción y las violaciones de derechos humanos marcaron su régimen, lo que finalmente lo llevó a la cárcel.
Este 11 de septiembre de 2024 falleció Alberto Fujimori, quien fue presidente del Perú entre 1990 y 2000. Fujimori, una de las figuras políticas más controvertidas de la historia reciente del país, deja un legado marcado por su gobierno autoritario, las violaciones a los derechos humanos, los actos de corrupción que lo llevaron a la cárcel, y su posterior indulto, cuestionado por la comunidad internacional.
Ascenso al poder y golpe de Estado
Fujimori, de ascendencia japonesa, llegó al poder en 1990 tras vencer a Mario Vargas Llosa en las elecciones presidenciales, con un discurso de cambio y promesas de resolver la grave crisis económica que enfrentaba el país. Cuando llegó al poder, una de sus medidas más radicales fue el "Fujishock", un programa económico que estabilizó la inflación y reactivó el crecimiento, aunque tuvo un fuerte impacto social negativo en los sectores más vulnerables.
En 1992, Fujimori dio un golpe de Estado conocido como el “autogolpe”, con el cual disolvió el Congreso, intervino el Poder Judicial y tomó el control de las principales instituciones del Estado. Este golpe consolidó su poder, permitiéndole implementar reformas drásticas y centralizar su gobierno, con el pretexto de combatir el terrorismo que asolaba al Perú, principalmente el grupo armado Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).
Violaciones de derechos humanos y corrupción
Si bien sus adeptos afirman que el gobierno de Fujimori logró la captura de los principales líderes terroristas y pacificar gran parte del país, el exmandatario es recordado por haber dirigido un régimen que cometió graves violaciones de derechos humanos. Entre los casos más emblemáticos se encuentran las masacres de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), en las que fueron asesinados inocentes bajo la excusa de combatir al terrorismo. Estos crímenes fueron perpetrados por el grupo paramilitar "Colina", bajo órdenes de su gobierno.
El expresidente también fue acusado de implementar un programa de esterilizaciones forzadas, en el cual miles de mujeres, principalmente de origen indígena y rural, fueron sometidas a procedimientos quirúrgicos sin su consentimiento, como parte de una política de control de natalidad.
En el ámbito de la corrupción, Fujimori fue hallado culpable de haber liderado una vasta red de corrupción y de apropiarse indebidamente de fondos públicos junto con su asesor Vladimiro Montesinos. Durante su mandato, la prensa reveló una serie de "Vladivideos" que mostraban a Montesinos sobornando a políticos, jueces y medios de comunicación, lo que desató una crisis política que culminó con la fuga de Fujimori a Japón en el año 2000.
Juicio, condena y polémico indulto
Fujimori fue extraditado de Chile en 2007 y, tras un juicio histórico, fue condenado en 2009 a 25 años de prisión por violaciones de derechos humanos y corrupción. Esta condena representó un hito en la justicia peruana y un caso ejemplar a nivel mundial de juicio a un exgobernante.
Sin embargo, en 2017, el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski le otorgó un indulto humanitario bajo el pretexto de su deteriorado estado de salud. Este indulto generó amplias protestas en el país, pues fue percibido como una negociación política en medio de una crisis que enfrentaba Kuczynski, quien buscaba evitar su vacancia en el Congreso. La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte-IDH), organizaciones defensoras de derechos humanos, familiares de las víctimas y destacados abogados expresaron su rechazo a esta medida. El indulto fue posteriormente revocado por el Poder Judicial en 2018, pero en diciembre del 2023, el Tribunal Constitucional ignoró las recomendaciones de la Corte IDH y permitió nuevamente su liberación.
Pese a sus condenas, Fujimori continuó ejerciendo influencia en la política peruana. En julio de 2024, a pesar de los impedimentos legales, fue presentado por su hija Keiko como candidato presidencial, una maniobra que desafió el orden democrático del país, según expertos legales como Eloy Espinosa-Saldaña y Antonio Maldonado. Además, en agosto de este año, el Congreso aprobó una controvertida pensión vitalicia para Fujimori, a pesar de su historial de corrupción y abusos . Se espera que su muerte cierre un capítulo que deja profundas huellas en la historia reciente del Perú.
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