Este miércoles, la Fiscalía de la Nación, a través de su Área de Enriquecimiento Ilícito y Denuncias Constitucionales, ha solicitado ante la Presidencia de la Corte Suprema de Justicia la declaración de ilegalidad de la organización política Alianza Nacional de Trabajadores Agricultores Universitarios Reservistas y Obreros (A.N.T.A.U.R.O.), liderada por el etnocacerista Antauro Humala.

El argumento del Ministerio Público es que las actividades del grupo son contrarias a los principios democráticos, ya que han promovido ataques contra la vida y la integridad de las personas, además de fomentar la exclusión de diversas comunidades, incluyendo a la LGTBIQ+ e inmigrantes.

La Fiscalía ha solicitado la cancelación de la inscripción de A.N.T.A.U.R.O. en el Registro de Organizaciones Políticas, el cierre de sus locales y la imposibilidad de reinscripción en el futuro. Además, se busca inhabilitar a los ciudadanos responsables de esta organización por su conducta antidemocrática.

Para el Ministerio Público, la organización política A.N.T.A.U.R.O. representa una amenaza a la democracia y a los derechos fundamentales en el país. La solicitud de la Fiscalía resalta la importancia de mantener un marco democrático y respetuoso de los derechos humanos en el ámbito político peruano.

Antauro Humala es conocido por sus ideas radicales y nacionalistas. En el 2005, lideró el "Andahuaylazo," un levantamiento armado que resultó en la muerte de cuatro policías. Antauro fue sentenciado por los delitos de homicidio, secuestro y rebelión y fue liberado en 2022 tras cumplir condena.

Sin embargo, Antauro salió de prisión manteniendo sus posturas nacionalistas y ultraconservadoras. Ha propuesto medidas antidemocráticas como la deportación de ciudadanos chinos y la restauración de la pena de muerte en el Perú.

Por ello, para el politólogo Mauricio Zavaleta, Antauro ya es una figura del pasado, ya que su influencia se ha desvanecido en la actual coyuntura política peruana. De igual manera, el politólogo Juan De la Puente sostuvo que Antauro se ha convertido en una especie de “comodín” para ciertos empresarios que lo usan para agitar el escenario político.

[Foto de portada: EFE / Paolo Aguilar]

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