Ante las denuncias de violaciones masivas de menores wampis y awajún en la región Amazonas, es importante advertir sobre las condiciones paupérrimas en las que se viene implementando la Secundaria en Alternancia, un modelo que beneficia a escolares de zonas rurales, señaló, en La Mula TV, Macarena Moscoso, antropóloga e investigadora del Instituto de Estudios Peruanos (IEP).

En el programa “Al Filo”, Moscoso explicó que el modelo de Secundaria en Alternancia es un servicio ofrecido por el Ministerio de Educación (Minedu) dirigido a escolares de zonas rurales o de pueblos indígenas que viven a 40 minutos o 4 horas de distancia de sus escuelas. Los y las estudiantes alternan cada dos semanas entre el Centro Rural Formación de Alternancia (CRFA) y sus hogares o comunidades.

Este modelo, resaltó, surgió para que la escuela pública cumpla con su función de dar seguridad y protección a los menores. Sin embargo, lamentó, la manera en la que se implementa la Secundaria en Alternancia es peligrosa para los escolares.

“Idealmente Secundaria en Alternancia es una gran solución para un país como el nuestro, con la geografía que tiene, pero que se implementa de una manera paupérrima”, dijo Moscoso.

En entrevista con Javier Torres, la investigadora del IEP contó que ha visitado escuelas rurales de este modelo, donde había hasta 20 estudiantes compartiendo habitaciones y camas con sus docentes.

“No son las condiciones en las que ellos deban tener que vivir, pero no les queda de otra, es eso o caminar 4 horas diarias. Lamentablemente es lo que hay, es lo que tienen al alcance”, señaló.

Moscoso precisó que en algunos lugares este modelo funciona bien con docentes comprometidos con el cuidado y protección de los estudiantes, pero hay otros lugares, como en el caso relacionado a las niñas wampis y awajún, donde ocurren violaciones. En ese sentido, pidió considerar los problemas de conectividad en zonas rurales, donde las víctimas de violaciones, o sus familiares, no tienen acceso a canales donde realizar las denuncias respectivas.

“Son lugares que están aislados de las telecomunicaciones completamente, no tienen señal, ni siquiera pueden pedir ayuda. Esa es una diferencia fuerte, si esto ocurre en un colegio en una zona urbana en Lima, van a poder acudir a la comisaría rápidamente y se puede hacer algo al respecto, vamos a tener a todos los medios de comunicación con los ojos puestos sobre este escándalo”, señaló.

En el caso de las niñas wampis y awajún, lamentó todo el tiempo que ha tenido que pasar para que el caso sea tema de interés de la opinión pública. Las denuncias han pasado desapercibidas desde 2010.

Respecto a las responsabilidades por las violaciones a escolares, Moscoso señaló que se trata de una “seguidilla de responsabilidades”, que empieza por los perpetradores, pero implica a los directores de los colegios y a los funcionarios de la Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL) correspondiente.

“Es una seguidilla de responsabilidades sobre las vidas de estos estudiantes, donde simplemente se está perpetrando el derecho a la protección que ellos y ellas deben tener sobre todo en la escuela”, dijo Moscoso.

Mira la entrevista completa en La Mula TV:


[Foto de portada: Andina]


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