Por: Sociólogo Oscar Zamudio Cabezas
Esta inspiradora historia se origina en medio de la pandemia, para enfrentar el abandono escolar de los estudiantes debido al Covid-19. El profesor Walter Velásquez Godoy crea a Kipi, un robot educativo hecho de chatarra tecnológica para enseñar a sus alumnos de primaria en el mundo rural de las comunidades indígenas de Huancavelica sin acceso a internet, radio y energía eléctrica.
Juntos viajan por los altos Andes visitando comunidades andinas de Acocra, Chuquitambo y Colcabamba, cargando su Kipi con su manta multicolor llevando conocimientos en medio de alegrías, tristezas, pero también esperanzas.
El nombre de Kipi, término quechua que significa “cargar”, fue tomado de la emblemática canción Trencito Macho, compuesta por Paulino Torres Torres, nacido en Pampas Tayacaja, cuyas letras dicen:
“Me voy a tierras lejanas llevando el kipi de mis esperanzas”.
Pero la historia continúa:
Decide ir más allá del salón de clases, para vincularse con el contexto local e incorporar en el proceso de enseñanza el hermoso paisaje natural de la puna, el bien preciado del agua (laguna Yauliqocha), el gran Capaq Ñam camino inca, las antiguas Qolqas, instalaciones para almacenar alimentos en épocas prehispánicas (Chuquitambo), aspectos productivos de la papa y el procesamiento del chuño, patrimonio alimentario local existente en las zonas rurales que requiere recuperar para reducir la anemia. Las costumbres del Viga Huantuy, tradición basada en el trabajo comunal que aún se sigue celebrando en la fiesta del Corpus Christi y la hermosa herranza de la llama, importante medio de intercambio y comunicación.
Revelando la cultura, gastronomía, los paisajes, la historia milenaria, la convivencia hombre-naturaleza necesarias para la sobrevivencia humana, la continuidad de agradecimiento a los dioses montaña y la Mama Pacha en gratitud a los frutos de la tierra y los ganados, elementos culturales del mundo andino que generan identidad local y cohesión social.
La canción de la herranza a la llama dice:
“Y yo hermano en silencio
Cantando al espíritu de la montaña
Rezando al espíritu de la montaña
Cual soldado con su tropa
Subo por el cerro
Doy vuelta al abra …”
La Misión Kipi intenta hacer la integración efectiva de la tecnología en la enseñanza, colocando a los estudiantes y el docente como protagonistas del proceso de aprendizaje, superando obstáculos y demostrando que la educación y la tecnología pueden trascender barreras a través de su viaje por las montañas peruanas y el intercambio de conocimientos con las comunidades.
Es decir, puede jugar un papel fundamental en el cierre de las brechas educativas. Como es sabido, Huancavelica es el departamento con las mayores brechas educativas superiores al promedio nacional, y hace más de 20 años no logra salir de la pobreza a pesar de una significativa inversión pública y de contar con importantes potencialidades y capitales sociales, naturales y productivos.
Brecha digital
Según datos del INEI (2020), en el área rural, solo el 5.9% de hogares accede al servicio de Internet y el 7.5% posee computadora, y menos de la mitad de las escuelas en 18 regiones del país contaban con acceso a internet (MINEDU 2022). En el caso de Huancavelica, existen 3197 Instituciones Educativas (MINEDU 2022) de las cuales solo 643 contaban con internet (20.11%), y 310 con paquete integrado de servicios que comprende (servicios de agua, saneamiento, electricidad e internet) que llega solo al 9.70%. Así mismo, cuenta con más de 100,000 estudiantes matriculados en inicial, primaria y secundaria (DREH 2022), a quienes entre el 2021 y 2022 PRONATEL entregó más de 30 mil tabletas para 443 instituciones educativas como parte de los acuerdos y compromisos a los contratos de financiamiento del proyecto de banda ancha.
Esta realidad muestra la ampliación de cobertura, acceso y uso de internet, pero también dificultades para que los estudiantes adquieran habilidades y competencias digitales esenciales para desenvolverse en el mundo actual. Lo que significa que la implementación de la tecnología no solo se trata de invertir en laptops o tablets, la tarea debe ser capacitar a las personas para que sepan utilizar y aprovechar la tecnología para tener un impacto en el aprendizaje.
Carla Gamberini, Consultora Educativa del Banco Interamericano de Desarrollo, señala que la pandemia ha mostrado la urgente necesidad de cambiar el Enfoque Educativo, para el cual se necesita una reconfiguración de roles.
“El profesor no solo debería reproducir información a la que también podemos acceder por Google, su papel está en la formación de la personalidad y la capacidad crítica para que los alumnos puedan enfrentarse a la era digital actual”.
¿Qué hacer?
Es loable que la empresa Kallpa Generación, operadora de la Central Hidroeléctrica Cerro del Águila, como parte de su labor de Responsabilidad Social Empresarial, haya tomado la iniciativa de desarrollar un proyecto educativo integral con siete robots, que han sido integrados a la dinámica escolar en siete comunidades de la zona de influencia de la central. Ojalá hayan construido una línea de base y los instrumentos de seguimiento y evaluación para ver la evolución de los aprendizajes de los alumnos y capacitado a los maestros, tal como observamos en 2022 en una pasantía a Medellín – Antioquia de la Fundación Argos, que produce cemento para el mundo, y que desarrolla educación digital a través de una sala de sistemas con un tablero inteligente en cada aula en las comunidades de influencia de sus operaciones. Argos había logrado mejorar los aprendizajes en un 80% en comparación de las otras IE de Colombia.
Si desde la escuela no se promueve la creatividad, ¿cómo vamos a crecer? El Estado necesariamente tiene que invertir con fuerza en ciencia y tecnología, para despertar la innovación desde la infancia y generar conocimiento.
Finalmente, como la película ha sido producida mediante el principio de reciprocidad aprendido de las comunidades por la exconductora del programa “Costumbres”, es importante resaltar el “cumplimiento” que hacen las comunidades con los frutos de la tierra a Walter y Sonaly (protagonista y directora) cuando se ha logrado la meta.
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