El libro "Sombriti" (Editorial Atmosférica) contiene advertencias dirigidas a las generaciones futuras sobre el lugar que van a ocupar, señaló su autor, José Carlos Agüero, en La Mula TV. En el programa 'El Arriero', el historiador y escritor contó que, si bien el libro no fue producto de la pandemia, esta lo modificó.

"Yo tenía ya un borrador prepandémico, justo al empezar la pandemia, que se lo compartí a Editorial Atmosférica y con ese manuscrito concursó a los fondos de apoyo editorial en Chile, donde es un poco mejores que acá", contó Agüero, cuyo libro al final obtuvo el financiamiento.

Agüero contó que, al escribir el libro, estaba pensado en un mapeo emocional del Perú y vincularlo con la experiencia de mirar a alguien crecer y adquirir el lenguaje. En este proceso, explicó, se apodera de la cultura a través de la palabra, pero que este no es consciente, ya que nadie tiene recuerdos entre los 8 meses y el año y medio. "Saber que se está perdiendo algo, se gana poder porque adquirir la palabra es adquirir poder, y los niños y niñas lo saben, tienen más poder sobre el mundo, pero al mismo tiempo dejan de formar parte del mundo, pasan a ser más propiamente quien interpela al mundo", dijo.

En entrevista con Javier Torres, Agüero señala que en este proceso hay un desencanto, porque si bien hay un goce al adquirir la palabra, hay un "desencantamiento del mundo, cuando se pasar a ser algo distinto de las cosas y no solamente el universo entero".

Agüero expicó que "la construcción del yo se da a través de la adquisición del lenguaje que te permite actuar sobre la extensión, la materia que está afuera".

"No es que lo nominas sino que en realidad lo develas, forma parte de nuestro momento, y eso hacemos todos, en eso evidentemente hay un ejercicio de pasar a conformar una mirada y dejar de ser lo visto, algo mágico, bueno y malo porque, al mismo tiempo pierdes ese momento lo fantástico entre lo que somos nosotros y lo que es la extensión a nuestro alrededor, es un momento especial casi panteista", dijo.

En los balbuceos, señala Agüero, no es que se está hablando mal, sino que es un "real apoderarse", "un enfrentamiento con la realidad que se da desde temprana edad, casi desde que se nace".

"Con todo lo que el bebé tiene a su disposición, el cuerpo, las miradas, los olores, todos su sentidos y también la palabra. Es un choque en el cual el balbuceo no es el error, es la experiencia de habitar el mundo y de irlo cogiendo, irlo descifrando y una de las cosas que hace y que solo se puede hacer si acompañas, es un proceso", sostuvo.

La experiencia de la pandemia, señaló Agüero, fue "gravitante en la forma en la que finalmente ha tenido el libro". "Al comienzo era el desencantamiento del mundo a través del dejar de formar parte de todo lo que nos rodea, pero al mismo tiempo construir tu individualidad, ahí hay celebrar y al mismo tiempo convivencia", dijo.

"Pero en la pandemia es tan brutal que tiene un efecto físico directo, primero ya no tengo tiempo, ya no puedo escribir en realidad, para cumplir con los plazos editoriales. Me fue imposible, a parte de pronto noté que ya no importaba tanto. En el contexto de lo que vivimos en la pandemia, fue básicamente tener conciencia de nuestro carácter efímero con elementos cuestionables sobre la administración de los cuerpos", señaló.

Esta experiencia, cuenta Agüero, lo obligó a pensar de otra forma, a distanciarse de la escritura y a replantear el libro "tomando en cuenta que más que una observación del desencantamiento podía convertirse en otra vez en una reflexión más política y filosófica sobre las advertencias que podíamos hacer a través del diálogo con mi hija hacia nosotros y otras personas que nos van a seguir, las generaciones que vienen".

"El libro tiene advertencias específicas de uso de la ciudad, pero todo el libro es una advertencia, es como concentra, es una advertencia más general respecto al lugar que cualquiera de nosotros va a ocupar y sus hijos van a ocupar, una vez que la cultura haga con ellos lo que tiene que hacer. La cultura te va a hacer algo, de eso va el libro", contó el escritor e historiador.

En su libro "Sombriti", Agüero intenta sugerir que no somos tan conscientes de las cosas que recibimos, que nadie está viviendo y pensando en lo que está recibiendo, a menos que te paguen para eso y seas filósofo. "Y una de las cosas que nos pasa más brutalmente es toda la herencia cultural que recibimos. Nadie se pone a pensar en que está recibiendo tal tradición, este sentimiento, esta carga emocional, esta es mi gramática, esta es mi hermenéutica, simplemente lo asumimos como una naturaleza", señaló.

"Sugiero en el libro que valdría la pena en el siglo XXI hacer un alto y decir que puede valer la pena que antes de simplemente trasladar nuestro lenguaje, nuestros hijos e hijas y quienes vengan, hagamos un paralelo y pensemos en qué consiste, que es eso que estamos trasladando, no son palabras sin historia, todas tienen historia, genealogía, tradición, artefactos, tienen cuerpos detrás, las palabras tienen cuerpos, no son solamente esqueleto, esquemas. No, son realidades, entonces, aunque es cierto que mi hija va a transitar un mundo hecho de sus propias experiencias, es inevitable la transmisión, aunque yo la desherede, yo todo el tiempo le estoy cantando y hablo del siglo XX porque soy un hombre del siglo XX, sé que no se va interrumpir así no más la transmisión. Eso siempre se va a dar", agregó.

Mira la entrevista completa a José Carlos Agüero, autor de "Sombriti", en el programa 'El Arriero' de 'La Mula TV':


[Foto de portada: El Búho]


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