Durante la COP26 que se desarrolla en Glasgow, el Perú suscribió la Declaración de Glasgow sobre los Bosques y el uso de la tierra. Este miércoles hizo un llamado a los demás países a proceder con urgencia ante la emergencia climática. El viceministro de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales del Ministerio del Ambiente, Alfredo Mamani, participó en el segmento de Alto Nivel Ministerial, y afirmó que el reto del país es mejorar la capacidad de resiliencia de las poblaciones para reducir los riesgos y las emisiones de gases de efecto invernadero. También mencionó que el Gobierno aprobará la Declaratoria de Emergencia Climática.

Para profundizar sobre la participación de nuestro país en esta convención y su ambición climática, La Mula Verde entrevistó a Gabriel Quijandría, director regional para Sudamérica de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y exministro del Ambiente.

El Perú es vulnerable a los efectos nocivos de la crisis climática, y ello tiene que ver con la condición de ser un país megadiverso. “Somos un país con una configuración geográfica, ecosistémica y climática muy compleja, lo que hace que variaciones muy pequeñas a temperatura promedio mundial puedan tener un efecto muy importante. Somos, además, un país que está en una zona en la cual ocurre uno de los fenómenos climáticos más importantes o con efectos más importantes a nivel mundial como es el Fenómeno El Niño”, explica Quijandría.

El exministro del Ambiente recuerda que en el Perú el 70% de la población está ubicada en la vertiente del Pacífico, a donde llega menos del 2% del agua disponible en el país. “Esos retos nos ponen en una situación de vulnerabilidad respecto de la cual debemos poder tener capacidad de respuesta a través de políticas públicas, a través de señales que también se puedan desde el Estado para incentivar la acción del sector privado, de la sociedad civil”, añade.

El Perú en la COP26

“El tema de la declaratoria de emergencia climática me parece un mensaje interesante en términos críticos. Da una señal de que el gobierno -ya no solamente el sector Ambiente- está preocupado por este tema y va a hacer algunos esfuerzos. Pero a eso hay que darle un buen contenido, o sea, cuál es la consecuencia real, cuál va a ser la consecuencia práctica de esa declaratoria de emergencia climática. Eso va a implicar un aumento en los recursos disponibles para hacer adaptación al cambio climático, va a significar un impulso más fuerte al que ha habido anteriormente a la transición energética o a la lucha contra la deforestación”, señala.

Quijandría llama la atención en que el año 2020 ha sido un año récord en deforestación en el país, “principalmente como consecuencia de avances en el tema de los cultivos ilegales, en el tema de tráfico de tierra sobre todo en esta zona de la frontera de Ucayali y Huánuco”. En su opinión, hay que atacar la deforestación y eso es un problema transversal, no es solo del Ministerio del Ambiente.

Si bien es consciente de que en torno de los anuncios globales en la COP26 hay algunas dudas, considera que es importante que se hayan anunciado US$12 mil millones para combatir los temas de deforestación al 2030, que irían directamente orientados para el trabajo de conservación con comunidades indígenas, con comunidades locales.

“Esa escala de financiamiento no la habíamos tenido en temas de anuncios de inversiones anteriores”, dice, pero al mismo tiempo subraya que sigue habiendo temas pendientes. “Todavía no llegamos a los US$100 mil millones anuales de aportes de los países desarrollados al Fondo Verde del Clima, como se acordó en Copenhague. Estamos muy lejos todavía de eso. La última capitalización de este fondo para un periodo de cuatro años ha sido de US$10 mil millones, el 10% de lo que se supone que debería estar en ese fondo”, advierte.

De esto y más conversó en La Mula Verde en la siguiente entrevista