Durante la Cumbre de Líderes Mundiales de alto nivel en la COP26, el Reino Unido, Noruega, Alemania, EEUU y los Países Bajos, en colaboración con 17 donantes, se comprometieron a ayudar a las comunidades indígenas en su lucha contra la crisis climática. Para aumentar la visibilidad de los pueblos indígenas en la Cumbre de Líderes Mundiales, entregarán fondos directamente a las comunidades y les prometieron un papel en la toma de decisiones y el diseño de los programas e instrumentos de financiación del clima.
Este dinero se destinará a los pueblos indígenas y las comunidades que integran la Alianza Global de Comunidades Territoriales (GATC), una coalición de organizaciones de América Latina, África y Asia que representa a 35 millones de personas en 24 países.
"Demostramos hoy nuestro compromiso anunciando un compromiso colectivo, inicial de al menos US$1,700 millones de financiación -del 2021 al 2025- para apoyar el avance de los derechos de tenencia de los bosques de los pueblos indígenas y las comunidades locales y mayor reconocimiento y recompensas por su papel como guardianes de los bosques y la naturaleza", se afirma en una declaración publicada este martes 2 de noviembre.
El financiamiento estará dirigido a canalizar el apoyo a los pueblos indígenas y las comunidades locales, incluso mediante la creación de capacidad y el apoyo financiero para actividades de grupo, estructuras de gobernanza colectiva y sistemas de gestión, y medios de vida sostenibles; actividades para asegurar, fortalecer y proteger los derechos a la tierra y los recursos de los pueblos indígenas y las comunidades locales, incluido, el apoyo al trabajo de mapeo y registro de los derechos de tenencia a nivel comunitario, el apoyo a los procesos nacionales de reforma de la tenencia de la tierra y los bosques y su implementación, y el apoyo a los mecanismos de resolución de conflictos.
Con el propósito de trabajar colectivamente para detener y revertir la pérdida de bosques y la degradación de la tierra para 2030, al tiempo que se logra el desarrollo sostenible y se promueve una transformación rural inclusiva, reconocen la tutela fundamental proporcionada por los pueblos indígenas y las comunidades locales en la protección de los bosques tropicales y la preservación de los servicios ecosistémicos vitales, y la contribución global que hacen a la mitigación del cambio climático, la preservación de la biodiversidad y el desarrollo inclusivo y sostenible.
"Reconocemos los derechos sobre la tierra y los recursos de los pueblos indígenas y las comunidades locales, de conformidad con la legislación nacional pertinente, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas y otros instrumentos internacionales, según corresponda, y que, a pesar del importante papel que desempeñan en la protección de los bosques y la naturaleza, solo una pequeña fracción de estas comunidades disfruta de derechos seguros para poseer, administrar y controlar la tierra y los recursos y tener acceso al apoyo y los servicios necesarios para proteger los bosques y la naturaleza y buscar medios de vida sostenibles", dicen.
También manifiestan su preocupación acerca de los crecientes casos de amenazas, acoso y violencia contra los pueblos indígenas y las comunidades locales: "Acogemos con beneplácito el liderazgo político y las medidas adoptadas por muchos países para reconocer y proteger los derechos a la tierra y a los recursos de los pueblos indígenas y las comunidades locales, de conformidad con la legislación nacional pertinente y los instrumentos internacionales, según corresponda".
Asimismo apoyan las iniciativas y los esfuerzos de los pueblos indígenas y las comunidades locales para asegurar el reconocimiento legal de los derechos sobre la tierra y los recursos y para fortalecer sus instituciones, organizaciones y redes para apoyar la acción concertada para proteger sus tierras, bosques y recursos.
Los participantes se comprometen además a renovar los esfuerzos colectivos e individuales para reconocer y promover aún más el papel de los pueblos indígenas y las comunidades locales como guardianes de los bosques y la naturaleza, en asociación con los gobiernos y otras partes interesadas, con un enfoque particular en el fortalecimiento de los sistemas de tenencia de la tierra, la protección de la tierra y los recursos. derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales, y la protección de los defensores indígenas y comunitarios de los bosques y la naturaleza.
Ante la persistente demanda de los pueblos indígenas de tener un lugar en las decisiones nacionales y globales que los involucra, los países que participarán de este financiamiento prometieron promover la participación e inclusión efectiva de los pueblos originarios en la toma de decisiones e incluirlos, consultarles y asociarse con ellos en el diseño e implementación de programas e instrumentos financieros relevantes, reconociendo los intereses específicos de las mujeres y niñas, los jóvenes, personas con discapacidad y otras a menudo marginadas de la toma de decisiones.
"Esta promesa pone de manifiesto nuestro compromiso con la protección de los bosques tropicales del mundo y de quienes viven en ellos", declaró el británico Zac Goldsmith, secretario de Estado para el Pacífico y ministro de Medio Ambiente. "Existen pruebas abrumadoras de que los pueblos indígenas y las comunidades locales son los guardianes más eficaces de los bosques, en muchos casos enfrentándose a situaciones de grave peligro, por lo que deberían estar en el núcleo de las soluciones basadas en la naturaleza para la emergencia climática. Invirtiendo en las comunidades de los bosques tropicales y ampliando sus derechos comunales, también combatiremos la pobreza, la contaminación y las pandemias", añadió.
Entre los grupos filantrópicos que se suman al nuevo compromiso en un momento decisivo para hacer frente a la crisis climática se encuentran la Fundación Ford, la Fundación del Fondo de Inversión para Niños, el Fondo Christensen, la Fundación David y Lucile Packard, Sobrato Philanthropies, la Fundación Good Energies, la Fundación Oak, la Fundación William y Flora Hewlett, y, como integrantes del Desafío Proteger nuestro Planeta (Protecting our Planet Challenge), Arcadia, Bezos Earth Fund, Bloomberg Philanthropies, la Fundación Gordon y Betty Moore, Nia Tero, Rainforest Trust, Re:wild, la Fundación Wyss y la Fundación Rob y Melani Walton.
Los pueblos indígenas y las comunidades locales gestionan la mitad de las tierras del mundo y cuidan un asombroso 80% de la biodiversidad de la Tierra, principalmente en virtud de acuerdos de tenencia consuetudinarios. Sin embargo, un estudio reciente ha demostrado que las comunidades y organizaciones indígenas reciben menos del 1% de la financiación para el clima destinada a reducir la deforestación.
Durante años, únicamente unos US$270 millones de la financiación climática se han dedicado a la protección de los bosques cada año, pero los pueblos indígenas y las comunidades locales que protegen directamente los bosques del mundo sólo reciben US$46 millones. Con el anuncio de hoy, los gobiernos y los financiadores esperan dar un primer paso para corregir un sistema injusto que no ha favorecido a las comunidades que poseen los conocimientos y la capacidad para superar a la mayoría de los demás gestores forestales.
“La clave es que este financiamiento no irá a las grandes fundaciones de conservación, que son las que suelen acumular las principales donaciones, sino que llegará a las pequeñas comunidades, que en estas distribuciones suelen recibir muy poco dinero”, resalta Victoria Tauli-Corpuz, exrelatora especial de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas. “Es la primera vez que vemos una respuesta global a nuestras solicitudes. Es el principio de proteger a nuestra gente, pero necesita más apoyo. No hay solución a los problemas de la naturaleza sin que los indígenas estén en el centro”, agrega.
“Este financiamiento no solo ayuda a combatir la deforestación, también nos ayuda a protegernos de futuras pandemias”, indica Nonette Royo, abogada ambiental y de derechos humanos y directora ejecutiva de The Tenure Facility. “La financiación debe basarse en el respeto por su cultura y su forma de ver la vida”, añade Laura García, presidenta y directora ejecutiva de Global Greengrants Foundation, otra organización donante.
Los investigadores sugieren que los bosques pueden contribuir hasta en un 37% a los objetivos de mitigación del clima a los que se comprometieron los gobiernos en el Acuerdo de París de 2015. La protección de los bosques, que albergan una valiosa biodiversidad, también ayuda a evitar encuentros con la fauna salvaje que pueden favorecer la propagación a las poblaciones humanas de patógenos potencialmente peligrosos.
Cada vez más se leen estudios científicos que señalan que los pueblos indígenas son los guardianes más eficaces de los bosques tropicales de gran biodiversidad, que cada vez están más asediados; los expertos de la ONU instaron recientemente a los negociadores del clima a reaccionar con urgencia ante la destrucción de los ecosistemas más valiosos.
Un estudio publicado en octubre sugiere la urgente necesidad de aplicar a gran escala soluciones para combatir la destrucción de los bosques tropicales. En un análisis exhaustivo de los avances en el compromiso mundial de protección de los bosques, los autores piden que se reconozcan y garanticen los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales y que las comunidades "ocupen un lugar central en el establecimiento de objetivos y prioridades para las actividades forestales".
"No existe una solución viable a la crisis climática sin que la gestión de los bosques y las tierras esté en manos de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales, que han demostrado ser los mejores guardianes de los bosques del mundo", afirma Darren Walker, presidente de la Fundación Ford. "Este compromiso histórico de US$1,700 millones supone un reto a todos los financiadores para que se esfuercen mucho más en prestar apoyo y trabajar con los Pueblos Indígenas y las comunidades locales que tienen una solución clave para el cambio climático, y para que lideren el camino".
En su presentación de hoy en la Cumbre de Líderes Mundiales, Tuntiak Katan, indígena shuar de Ecuador y líder indígena que representa a la Alianza Global de Comunidades Territoriales, recordó que en 2020 se destruyeron 12,2 millones de hectáreas de bosque.
Katan, que también forma parte de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) acogió con satisfacción el compromiso sin precedentes de los donantes de prestar apoyo y trabajar con las comunidades indígenas y locales en primera línea de la crisis climática y lo calificó como un gran paso adelante en el avance de los objetivos del acuerdo climático de París.
Recordó que la mayoría de los fondos están destinados a mecanismos tradicionales, que han mostrado grandes limitaciones para llegar a territorios indígenas y no han apoyado las iniciativas de las comunidades. “Una de sus limitaciones es que los gobiernos tienen dificultades de presencia en estos territorios [lo que les impide realmente controlarlos], e implementar políticas de largo plazo que protejan los recursos naturales. En gran medida, los intermediarios son los primeros beneficiarios de los fondos climáticos, y sus altos costos reducen el porcentaje que realmente se invierte en comunidades y territorios”.
Por ello, señaló que los nuevos compromisos para proteger los bosques tropicales y a sus guardianes requerirán una importante voluntad política por parte de los gobiernos y el apoyo de los sectores económicos y políticos mundiales. "Tenemos la mejor tecnología de captura de carbono que ofrece nuestro planeta: nuestros bosques. El trabajo para proteger el futuro del planeta sólo tendrá éxito en colaboración con los pueblos indígenas y las comunidades locales. Queremos trabajar con ustedes para transformar este mundo y cambiar el corazón de la gente. Somos la solución que están buscando", afirmó.
Este acuerdo llega el mismo día en que un centenar de líderes mundiales de países que representan el 85% de los bosques del planeta se comprometen a “detener y revertir la deforestación y degradación de la tierra” para el 2030. Los gobiernos europeos, así como los de Ecuador, Honduras, Guatemala, Perú, Rusia, Turquía, Uruguay, Estados Unidos y Reino Unido, se comprometieron a salvar los bosques.