Tras su renuncia al cargo de viceministro de Empleo y Capacitación Laboral, este domingo, el abogado Pedro Castilla Torres aclaró que fue absuelto en un caso de feminicidio y señaló que este tema es "esencialmente político".
En el programa 'Diarios de pandemia', Castilla Torres mencionó que, con una sentencia del Poder Judicial que lo declaraba como inocente, postuló y ganó los puestos de fiscal titular en Ayacucho en el 2011; fiscal de derechos humanos en Lima; y docente en la Universidad San Cristóbal de Huamanga.
"Si el tema fuera objetivo, yo no tendría por qué renunciar, pero este es un tema político. Y a las personas que vienen promoviendo esta renuncia, les hemos dado el gusto para no contribuir a que esta campaña de desestabilización política continúe. Yo soy una persona inocente no solo porque así lo ha dicho la Corte Suprema de la República, sino por mis actos, mis antecedentes de estudiante, yo fui dirigente de la máxima autoridad de la Universidad de Huamanga, miembro de la Asamblea Universitaria", dijo el exviceministro en entrevista con Paola Ugaz.
"Yo renuncio porque el objetivo no soy yo, el objetivo es desestabilizar al gobierno, renuncio para que no se siga desestabilizando al gobierno, yo no voy a hacer obstáculo para este gobierno", agregó Castilla Torres.
El exviceministro, quien se desempeñaba como Decano del Colegio de Abogados de Ayacucho, aclaró que el caso del que se lo acusó fue por la muerte de su expareja en el 2005.
"El caso trata de un lamentable suceso que pasó, un momento terrible de mi vida, cuando parece que confabularon algunas cosas en contra y ocurrió algo absolutamente espeluznante en el 2005, cuando me vi involucrado en un hecho terrible. Yo estaba en casa de madrugada y me entero que ha ocurrido un suceso de la naturaleza como el que se viene comentando. Entonces, nosotros, como ocurre en un Estado constitucional, democrático, enfrentamos un proceso judicial, una investigación que duró aproximadamente cinco años", dijo.
"Era un 16 de junio del año 2005, yo estaba en casa, era estudiante universitario y, ese día, mientras yo dormía en la casa de mis padres, al costado de la habitación de mis padres, en esa madrugada, esa señorita, que tiene todo mi respeto porque fue una persona absolutamente respetable, había salido del trabajo y había sido víctima de un ataque terrible a unos metros de su casa. Ella trabajaba como anfitriona en un salón de juegos, en un tragamonedas, salió de su centro de trabajo de madrugada, llegó a unos metros de su vivienda y de repente ahí sufrió un ataque terrible de unas personas, por las que pido que se logre dar con sus paraderos y respondan por este terrible acto. Estas personas le hicieron una agresión tan grave que finalmente ocasionó que esta persona perdiera la vida. Entonces, lo que una de las personas que se encontraba en el tragamonedas dijo fue que la vino a recoger una persona con una motocicleta negra y resulta que para esa época yo tenía una moto roja", contó Castilla Torres.
"Y a partir de eso se me involucró en una investigación, acudí a absolutamente todas las diligencias, nunca estuve ni siquiera detenido, se practicó pruebas de ADN, se realizó pruebas de balano prepucial, pruebas de luminol para ver si había rastros de sangre, realizaron la constatación en mi propio domicilio, ingresaron a mi habitación y muchos años después, ante la lentitud del sistema, yo le pedí al señor fiscal que por favor se pronuncie o que en su defecto formule una acusación para defendernos en juicio. Llegamos a juicio en el 2010 y finalmente en ese momento la Sala Penal Superior de Ayacucho ratificó mi inocencia. La Fiscalía apeló porque es su trabajo apelar y el caso llegó a la Corte Suprema y antes que se pronuncien 5 magistrados, el caso primero fue remitido a la fiscalía suprema para emitir un pronunciamiento en el asunto; entonces, la Corte Suprema ratificó en ese momento totalmente que la sentencia de primera instancia que determinaba que no había ningún tipo de responsabilidad en mi contra era correcta y fue remitida a la Corte Suprema y cinco magistrados, entre los que estaban los doctores Barrios, Bonilla, Prado Saldarriaga y Príncipe Trujillo, señalaron que la sentencia de primera instancia que buscaba mi absolución estaba correctamente emitida porque no había ningún tipo de evidencia. Y esto pasó exactamente hace 10 años; es decir, en el 2011, finalmente, la Corte Suprema ratificó mi inocencia, esa es mi verdad, esa es la verdad de los hechos". aclaró el exviceministro de Empleo y Capacitación Laboral.
"En ningún momento de mi vida he tenido una conducta inapropiada con alguna persona, yo vengo de una cantera de abogados defensores de derechos humanos", agregó.
Cuestionado porque el caso sigue en la esfera pública, Castilla Torres respondió:
¿Qué más tiene que hacer uno para que el caso se cierre? El caso está cerrado. Yo estoy convencido de que este es un hecho político, yo no voy a permitir que se desestabilice al gobierno y por eso voy a dar un paso al costado".
Por otro lado, el abogado mencionó que el asumió la defensa de una de las agraviadas en el primer caso de feminicidio en Ayacucho, que ganó la primera sentencia con una defensa gratuita y que esto sería muestra de su compromiso personal en favor de los derechos humanos, de las libertades y de todo discurso anti-homófobo y anti-misógino.
"Soy respetuoso de esos temas y al final yo considero que así se tiene que comportar cualquier tipo de gobierno. Yo vengo defendiendo estos casos ad honorem hace mucho tiempo", dijo.
Por último, reconoció que querelló a los familiares de la víctima porque una vez lo insultaron en público, pero aclaró que ese caso está cerrado.
"Al final, quedó allí, yo no converso con ellos. Se dejó, no se continuó. El proceso fue archivado. Yo entiendo realmente con el dolor que ha tenido que lidiar la familia, que es absolutamente víctima de este tema tan nefasto que ha ocurrido en contra de Betzabé. Lo que puedo decir es que tengo la conciencia absolutamente tranquila", finalizó.
[Foto de portada: lpderecho.pe]
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