La Agencia Europea de Medicamentos (EMA por sus siglas en inglés) ha revisado la evidencia más reciente sobre el uso de ivermectina para la prevención y el tratamiento de COVID-19 y concluyó que los datos disponibles no apoyan su uso para COVID-19 fuera de ensayos clínicos bien diseñados.
En la Unión Europea, las tabletas de ivermectina están aprobadas para tratar algunas infestaciones de gusanos parásitos, mientras que las preparaciones para la piel de ivermectina están aprobadas para tratar afecciones de la piel como la rosácea. La ivermectina también está autorizada para uso veterinario para una amplia gama de especies animales para parásitos internos y externos.
Tras los informes y publicaciones recientes de los medios de comunicación sobre el uso de la ivermectina, la EMA revisó las últimas pruebas publicadas de estudios de laboratorio, estudios observacionales, ensayos clínicos y metanálisis. Los estudios de laboratorio encontraron que la ivermectina podría bloquear la replicación del SARS-CoV-2 (el virus que causa COVID-19), pero a concentraciones de ivermectina mucho más altas que las que se logran con las dosis autorizadas actualmente. Los resultados de los estudios clínicos fueron variados, algunos estudios no mostraron ningún beneficio y otros informaron un beneficio potencial. La mayoría de los estudios que revisó la EMA eran pequeños y tenían limitaciones adicionales, incluidos diferentes regímenes de dosificación y el uso de medicamentos concomitantes.
Finalmente, la EMA concluye que la evidencia actualmente disponible no es suficiente para respaldar el uso de ivermectina en COVID-19 fuera de los ensayos clínicos controlados, y añade que se necesitan más estudios aleatorizados bien diseñados para sacar conclusiones sobre si el producto es eficaz y seguro en la prevención y el tratamiento de COVID-19.
Aunque la ivermectina generalmente se tolera bien a dosis autorizadas para otras indicaciones, los efectos secundarios podrían aumentar con las dosis mucho más altas que serían necesarias para obtener concentraciones de ivermectina en los pulmones que sean efectivas contra el virus. Por consiguiente, no se puede excluir la toxicidad cuando se usa ivermectina en dosis superiores a las aprobadas.
Esta declaración se da luego de que a inicios de este mes la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA) insistiera en no aprobar el uso de la ivermectina como tratamiento preventivo para COVID-19 y más bien resaltó la existencia de "múltiples informes de pacientes que han requerido apoyo médico y han sido hospitalizados después de automedicarse con ivermectina para caballos". Es más, el fabricante original de la ivermectina, Merck, señaló que su propio análisis reveló que "no hay base científica para un efecto terapéutico potencial contra COVID-19 de estudios preclínicos", así como una falta de "evidencia significativa" de la actividad clínica o eficacia en los pacientes.
Mientras la ciencia global investiga con rigurosidad y no encuentra razones para aplicar la ivermectina, en Perú aún hay autoridades sanitarias y gubernamentales que la aconsejan. Claro, alguien podría decir que otros países la usan. Así es. Recientemente República Checa, Sudáfrica, Eslovaquia y Zimbawe permiten el uso temporal del medicamento para COVID-19 dentro del ámbito de su legislación nacional, pero sin bases científicas.