“El Perú se suma al llamado a la ambición climática presentando los siguientes compromisos. En términos de mitigación aumentaremos nuestra ambición de un 30% a un 40% de reducción de emisiones [de carbono] para el año 2030, este compromiso se reflejará en la actualización de nuestras contribuciones nacionalmente determinadas. En términos de adaptación, concluiremos la formulación del Plan Nacional de Adaptación. Por último, culminaremos la actualización de la Estrategia Nacional ante el Cambio Climático al 2050, que definirá la transición progresiva del Perú hacia la carbono neutralidad, pero con un fuerte enfoque de justicia ambiental”, dijo el presidente Francisco Sagasti durante la Cumbre de Ambición Climática que se llevó a cabo este 12 de diciembre de manera virtual.
El mandatario señaló que si bien la pandemia de la COVID-19 y sus efectos adversos han acaparado nuestra atención durante los últimos meses y que es la amenaza más apremiante que enfrenta el mundo, no debemos equivocarnos, “la crisis climática continúa siendo el mayor riesgo al desarrollo que el ser humano enfrenta. Tenemos una catástrofe acelerada, la COVID-19; y una catástrofe en cámara no tan lenta, el cambio climático. El Perú reafirma su compromiso y el objetivo común de enfrentar el cambio climático, reconociendo que sin ciencia ni tecnología no hay futuro, no hay manera de enfrentar el cambio climático”.
Sagasti finalizó su mensaje recordando que debido a nuestra condición de país megadiverso a lo largo de la historia, el clima nos ha planteado grandes desafíos que nos han obligado a desplegar nuestras mejores capacidades y creatividad. “Nuestro compromiso a pocos meses de celebrar 200 años de vida republicana es reencontrar ese espíritu ancestral y sentar las bases para una acción climática que nos permita avanzar hacia el desarrollo sostenible y lograr el bienestar de todos los peruanos y peruanas”.
Lo anunciado por Sagasti, que es tarea multisectorial pero con protagonismo del Ministerio del Ambiente (Minam), es un reto para los siguientes gobiernos, así como para el sector público y privado, si es que realmente se quiere llegar a ser un país sostenible y carbono neutral.
Como lo señaló esta semana a La Mula el titular del Minam, Gabriel Quijandría, las medidas que lleva a cabo -y seguirá ejecutando- el Perú se concentran en la mitigación a la crisis climática, pues el hecho de que seamos un emisor de gases de efecto invernadero marginal no debe hacer perder de vista que somos un emisor que tiene una fuente muy grande de emisiones que no deberíamos darnos el lujo de seguir teniendo: las emisiones forestales. El 51% de las emisiones de gases invernadero del país procede de la pérdida de bosques, lo que no tiene correlato en ningún crecimiento económico.
Se espera que lo anunciado no sea solo teoría sino que más bien sea sostenido en el tiempo y que cada gobierno lo haga suyo y eleve la ambición. Habrá aplausos y reservas, pero lo cierto es que debemos actuar ya. Más aún cuando hay amenazas de intereses particulares, como por ejemplo en el Congreso de la República donde se pretende facilitar a la minería ilegal.
Datos:
La cumbre, que se desarrolló justo a cinco años de la firma del Acuerdo de París, contó con la participación de 78 líderes mundiales de países miembros de la Convención de Cambio Climático de la ONU, quienes hicieron nuevos anuncios sobre sus contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC) para lograr compromisos de financiación climática y planes de adaptación.
El evento empezó con un llamado a la acción climática de parte del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres. "Todavía no vamos en la dirección correcta", dijo y pidió a los líderes que declaren un estado conjunto de emergencia climática para garantizar que se alcance el equilibrio medioambiental en 2050. Remarcó que el mundo ahora es 1,2 grados más caliente que durante la época preindustrial, y que si ello no cambia alcanzaríamos un aumento catastrófico de temperatura de 3 grados a finales de siglo.
En 2015, en la COP21, casi todos los países participantes se comprometieron a reducir el calentamiento global por debajo de +2°C, y si es posible de +1,5°C, con relación a la era preindustrial. Sin embargo, las emisiones de carbono han aumentado de manera constante y, al mismo tiempo, el mundo se ha enfrentado a una ola sin precedentes de impactos climáticos. Inundaciones, sequías, huracanes, tormentas y megaincendios han destruido cientos de miles de vidas y medios de subsistencia. “Las políticas climáticas no están aún a la altura del reto fijado", dijo Guterres.
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