En las culturas originarias, los abuelos son sabios. Son quienes desarrollan la identidad cultural de cada pueblo, con su concepción de la vida, su idioma, sus costumbres, su arte. Rember Yahuarcani, artista indígena del pueblo Uitoto del clan Garza Blanca, pinta inspirado en las historias que le contaba su abuela Martha, sobreviviente del horror del apogeo del caucho en la Amazonía en la frontera entre Colombia y Perú.
Historias sobre la creación del mundo, del sol, los alimentos, los ríos, el hombre, entre otras. Cuando Rember se siente estancado, viaja a la tierra de su abuela, a Pebas (distrito Mariscal Castilla, región Loreto), para buscar inspiración y descubrir por qué las historias de sus ancestros no deben ser olvidadas.
"Yo no pertenezco a Lima. La vivo, la disfruto y la comprendo, pero mi mundo es allá, yo nací y crecí allá. Cuando regreso a Pebas voy a la chacra, voy a pensar. Es la clara evidencia de que ese es mi mundo; por más que mi trabajo sea el arte, no es mi mundo. Lo tomo como un trabajo, como mi oficio".
Él aprendió a pintar gracias a su padre, y a través de su arte explica su mundo. "Hay una gran responsabilidad, primero con los abuelos. Porque la idea es que uno, a temprana edad, logre comprender toda esta filosofía que no apareció hace diez, ni cien años, sino que viene de muchísimo tiempo atrás", dice.
Rember es el personaje central de ‘El canto de las mariposas’, documental dirigido por Núria Frigola Torrent y coproducido por Travesía Films y La Mula Producciones, y que está en competencia actualmente en la 24° edición del Festival de Cine de Lima organizado por el Centro Cultural de la Universidad Católica que empieza este 21 de agosto.
‘El canto de las mariposas’ es un filme que transita en medio de una pequeña parte de la gran diversidad cultural amazónica a través de la figura de Rember. Desde Lima, donde radica actualmente, inicia un viaje de regreso y reencuentro a la tierra de su abuela no solo para ver a sus familiares más cercanos sino también para conocer más detalles de lo que vivieron sus ancestros en los tiempos de la explotación del caucho en Perú y Colombia. Un viaje para recuperar la memoria.
“Para mí ha sido un viaje de cinco años de trabajo, y junto a Rember y la familia Yahuarcani López hemos ido viendo cómo contar esta historia, que es a la vez de dolor y de celebración de la diversidad. ‘El canto de las mariposas’ es una película que explora quiénes somos, la importancia de conocer el origen para poder encontrar nuestro lugar en el mundo”, explica Frigola.
El título de la película, indica la cineasta, hace referencia al mito de la cultura uitoto que narra que al morir las personas sus espíritus se convierten en diferentes animales. Cuenta la leyenda que durante los tiempos del caucho se asesinaron a cientos de personas quemándolas vivas en una maloca, en La Chorrera. De ese fuego surgieron miles de mariposas, que eran sus almas.
"Esta historia sale en una escena de la película, y cuando la grabamos me impresionó mucho. Tanto que ha acabado convirtiéndose en el título, siento que resume muy bien la mirada que tienen los uitotos hoy de su historia pasada: siguen existiendo, a pesar de que hace cien años casi se extinguen por la masacre del caucho, las almas siguen ahí. Y son una cultura que canta mucho, para contar sus historias, para hacer sus rituales sociales. En muchas escenas filmadas en la selva las personas cantan, porque ellas mismas lo pedían. Y son cantos hermosos, muy poéticos, lo que me parece un regalo para la película y para los espectadores”, detalla la fundadora de Travesía Films, una asociación dedicada a la producción de obras cinematográficas y culturales comprometidas con el desarrollo del Perú.
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