Escribe: Cynthia Cárdenas 


"Hay que involucrar a los promotores en la atención del COVID-19. Con una buena capacitación pueden orientar sobre la prevención y brindar tratamiento. A cada promotor hay que darle medicamentos básicos. En caso de emergencia, ellos son los que verán los casos y ¿sin medicamentos cómo van a atender?, ¿hasta que entremos de nuevo que va a pasar con estas poblaciones" (enfermero técnico intercultural, conversación personal, 2020)

Han pasado casi cinco meses, desde que el presidente Martín Vizcarra declaró el estado de emergencia nacional por el brote de COVID-19. Pese a las diferentes alertas, pronunciamientos y denuncias de las organizaciones indígenas sobre el contagio masivo en las comunidades, las trabas burocráticas continúan impidiendo la implementación de una atención inmediata y eficiente para estos pueblos. Recién el 21 de mayo, 70 días después de iniciada la pandemia, el Minsa aprobó el Plan de Intervención para comunidades nativas (RM 308). Sin embargo, su financiamiento fue autorizado el 23 de junio (DU N° 071) y el desembolso del presupuesto solo fue ejecutado a partir de mediados de julio. Debido a esta concatenación de demoras, hasta la fecha muchos establecimientos de salud en los territorios indígenas continúan desabastecidos y, en los lugares donde han llegado, los insumos y equipos enviados por el Ministerio de Salud continúan siendo ampliamente insuficiente para atender la crisis sanitaria que vive la Amazonía.

Ante la dramática situación en la que se encuentran los pueblos indígenas por el abandono y desatención del gobierno, las federaciones de base de Aidesep se declararon en emergencia sanitaria por COVID-19 y movilización permanente por sus vidas. Durante los días 13, 14 y 15 de julio en Iquitos, Pucallpa y la Estación 5 de petróleo se realizaron plantones para exigirle al gobierno que escuche y atienda sus demandas. La plataforma presentada se centra en los siguientes puntos: atención sanitaria comunal urgente, postergación de la reactivación económica, rechazo a la consulta previa virtual y ejecución de un sistema de salud intercultural, basado en los agentes comunitarios en salud.

Diversos líderes y organizaciones indígenas han cuestionado la estrategia del gobierno. Para Jorge Pérez, presidente de ORPIO, el “sistema de atención médica itinerante, basado en las brigadas, viene funcionando en los últimos 50 años y ese mismo sistema lo vienen aplicando hasta ahora. Entonces, significa que no va a alcanzar para salvar vidas de los hermanos indígenas afectados”. Frente a este panorama desalentador, las organizaciones proponen que la estrategia sanitaria se oriente a fortalecer el sistema de salud comunitario. A través de la contratación de personal para los puestos de salud y el involucramiento de los promotores, especialmente en aquellas comunidades donde no hay establecimientos de salud.

Reconocimiento de los promotores en la lucha contra el COVID-19

"En San Rafael, río Santiago, no hay personal de salud. Se fueron los mestizos y ahora solo un promotor está ayudando y no tiene ni jeringa. Así están en varias comunidades, por eso pienso que el Minsa no debe esperar más, hay que darles medicinas a los promotores, reconocer su trabajo para que sigan atendiendo" (Bernabe Impi, presidente del Comando COVID-19 Condorcanqui, conversación personal)

Antes de la pandemia el sistema de salud estatal tenía dificultades para brindar una atención eficaz y pertinente a los pueblos indígenas amazónicos. Solo en el 32.0% de comunidades funciona un establecimiento de salud –principalmente IPRESS (Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud)– , que por lo general están desabastecidas y no cuentan con una infraestructura adecuada ni personal suficiente. La demora en la ejecución de acciones inmediatas para fortalecer los servicios de salud en la amazonia para enfrentar la pandemia, ha terminado exponiendo al contagio de COVID-19 a las comunidades indígenas y al propio personal de salud, se ha visto obligado a atender a la población estando ellos mismos enfermos o paralizar sus atenciones, e incluso cerrar los establecimientos.

"Estamos en una crisis de personal sanitario sin precedentes, y aunque el Plan de Salud contempla los Equipos de Respuesta Inmediata, estos solo permanecen en una comunidad un par de días y pasan a atender la siguiente comunidad de su recorrido, dejando desatendida a la población en espera de su próxima visita. Puesto que el MINSA no logra atender a las comunidades de forma permanente, AIDESEP sugiere que la alternativa son los promotores comunales con asesoría de telemedicina y equipos con logística de transporte militar" (Aidesep, carta abierta del 13 de julio).

En casi todas las comunidades existen promotores de salud, quienes en años anteriores fueron por el Minsa, por ONG y por las organizaciones indígenas. A diferencia del Minsa, que percibe al promotor como un actor que realiza acciones voluntarias de prevención de las enfermedades y promoción de la salud, para las organizaciones indígenas, los promotores deberían administrar medicamentos, por ello los botiquines comunales deberían estar dotados de medicamentos básicos. En este contexto, reconocer la labor que vienen desempeñando los promotores/agentes comunitarios en salud, así como capacitarlos e involucrarlos en las estrategias frente al COVID-19 es fundamental. Con la asesoría médica respectiva, como proponen las organizaciones, los promotores comunitarios podrán brindar atención inmediata a las personas con sintomatología sospechosa de COVID-19 esperando hasta que lleguen los equipos de respuesta rápida o las brigadas.

En 1991 nuestro país fue azotado por la epidemia del cólera. Recordemos que en esa época los promotores comunitarios de salud contribuyeron con su trabajo a salvar varias vidas. Desde hace más de 30 años, el Programa de Salud Indígena de Aidesep viene demostrando que la estrategia más sostenible para mejorar la salud de las comunidades indígenas es capacitar y profesionalizar a los propios indígenas. Eso significa también integrar los conocimientos indígena en la curricula en las universidades y programas de formación, promover la investigación y la traducción interculturalidad genuina de doble vía, de las ciudades hacia las comunidades y viceversa, de manera a lograr escapar de la inercia que afecta a las normativas interculturales de los documentos oficiales, y reconocer con una remuneración adecuada la labor de los conocedores indígenas. Ha llegado la hora de escuchar a las federaciones indígenas e involucrar formalmente a los promotores comunitarios de salud en la lucha contra el COVID-19,


* Antropóloga, Observatorio Amazónico de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.


(Foto: CAAP)