Además de los retos que ya vivimos todos los peruanos para poder alcanzar un empleo formal, la comunidad LGTBIQ+ tiene que enfrentarse a un mercado laboral donde sólo el 18% de las empresas cuenta con programas de entrenamiento o sensibilización en temas de diversidad sexual, y solo un 37% de ellas lo aborda de manera explícita en sus políticas empresariales.
Gabriel de la Cruz del emprendimiento Presente, nos cuenta cómo se puede generar un cambio cultural y al mismo tiempo tener una estructura de negocio para que ello sea sostenible.
Ustedes tienen dos ramas de trabajo, una enfocada en organizaciones y otra enfocada en generación de productos culturales. ¿Qué actividades y objetivos han alcanzado en cada una de ellas?
Presente nace con el objetivo de tender puentes, de encontrar estas coincidencias entre grupos y organizaciones, para iniciar una conversación. Estos puentes los pudimos establecer con cualquier grupo, pero decidimos hacerlo con las empresas, por un lado, y con la cultura, por el otro. Después de mucho esfuerzo logramos posicionarnos como expertos en diversidad LGBTIQ+ en el sector privado y hacia finales del 2019 lanzamos la certificación “Mejores Lugares para el Talento LGBTIQ+”, al cual postularon 90 organizaciones y les dimos nuestro sello a 18 empresas y 2 organismos del estado. Desde la cultura hemos promovido dos obras de teatro: “Congreso”, donde Ernesto Pimentel interpreta a la presidenta de un Congreso que busca prohibir la homosexualidad en el Perú (estrenamos la versión por zoom este viernes 26 de junio) y “La Prueba” donde cuatro personas que viven con VIH, nos hablan de la vida y del amor sobre un escenario.
Sin embargo, también lanzamos “Futuro Presente”, un proyecto que trabaja en la prevención del bullying homofóbico y transfóbico con docentes de nivel secundaria.
¿Cuáles han sido las respuestas de las empresas a las que se han acercado para proponerles trabajar en conjunto ?
Nuestra sorpresa es que la respuesta fue muy positiva. Logramos poco a poco ganarnos su confianza, demostrando que podemos ser sus aliados en la implementación de políticas corporativas y que el incluir a la diversidad como un valor en la organización, siempre suma. Los hace mejores espacios de trabajo. Sus equipos se sienten más cómodos y sus clientes los ven con otros ojos.
Como todo proceso de cambio existe un proceso de evolución. ¿En qué etapa creen que se encuentran las organizaciones privadas ?
Aquí debemos partir que la solo el 30% de nuestro país es formal. Debemos considerar esta cifra porque acceder a un trabajo seguro es un privilegio para la mayoría de peruanos y peruanas. Empezamos primero con las transnacionales, la que ya venían abordando este tema desde otros países y está pasando en país algo que es muy usual, nadie quiere quedarse atrás y todos quieren ser los pioneros en el tema. Esta competencia es muy sana y nos permite seguir amplificando nuestra voz de lucha, pero desde otros canales.
¿Y las públicas? Cuáles creen que son las acciones necesarias a tomar para que realmente veamos un cambio a nivel del aparato público ?
En Perú tienen nuestra certificación INDECOPI y OEFA. Este cambio se logró porque sus directorios están comprometidos con este tema. Aún nos gustaría que PCM nos abra las puertas para implementar toda las políticas y prácticas inclusivas en los diferentes Ministerios de nuestro país.
Recientemente tuvieron una capacitación a la PNP. ¿Nos pueden contar cuáles fueron los principales resultados e insights que encontraron de esa experiencia?
Las capacitaciones son espacios difíciles de medir. Pero nos quedamos con el compromiso de los altos mandos de la policía con el reconocimiento de la identidad de género de las personas trans. Recuerdo que un Coronel nos dijo: “Aquí el enemigo es uno, el COVID-19 y contra él tenemos que luchar,no contra otros ciudadanos”.
Ustedes, además han ido adquiriendo orgánicamente un rol de comunicadores y voceros de la comunidad. ¿Cómo ha sido esta interacción con las personas que siguen su trabajo o los contactan por canales digitales?
Siempre procuramos darnos un espacio para responder una duda y atender una entrevista, ya sea de un estudiante universitario para su trabajo final, como procuramos participar de todos los paneles sobre diversidad LGBTIQ+ a los que nos invitan en las empresas. Ya sea para uno o para el otro somos muy rigurosos al momento de preparar nuestra participación. Siempre compartimos estadística, citamos legislación peruana e internacional y usamos la metodología del storytelling para empatizar y conectar con el público pues sabemos que nuestro tema genera muchos rechazos. Esto nos ha ayudado a posicionarnos rápidamente y a que siempre nos inviten a sus eventos.
¿Cuál fue su primer acercamiento al emprendimiento social?
Cuando empezamos, organizamos muchos eventos corporativos gratuitos. Aquí hicimos base de datos que con cada evento empezó a crecer cada vez más.
Entonces, además de los indicadores de crecimiento económico o sostenibilidad económica. ¿Qué otros indicadores consideran para medir el desarrollo de la organización?
Nuestro principal indicador es el número de empresas que se interesan en tener políticas y prácticas inclusivas con la diversidad LGBTIQ+ y el número de empresas que efectivamente las tienen.
A raíz de la crisis por el COVID-19 que ha paralizado y afectado a muchas empresas y emprendimientos ¿qué acciones han decidido tomar para Presente?
Tuvimos que paralizar muchos proyectos por falta de fondos y oportunidades de consultorías con las empresas, pues si antes era difícil que nos quieran pagar por nuestros servicios, ahora es mucho más difícil aún. Hemos hecho una pausa de la ONG para encontrar otras fuentes de financiamiento y mirar nuestro rol de cara al COVID-19 y apoyamos al lanzamiento de la consultora “Empresas Presente” conformada por trabajadores de Presente. Desde la consultora han desarrollado un e-learning que les permite hacer capacitaciones on-line.
La certificación “mejores lugares para el talento LGBTIQ+” lo hemos tenido que postergar para el 2021.
¿Qué otros emprendimiento sociales existen en el Perú enfocados en promover la igualdad y valoración de la diversidad o en contribuir a la solución de alguna problemática directamente relacionada con la comunidad LGBTIQ+?
Existen dos emprendimientos que respeto y valoro mucho, estos son GenderLab y AEQUALES. Si bien ambas organizaciones trabajan equidad de género entre hombres y mujeres. Son quienes nos han abierto las puertas muchas veces en el sector privado, pues las empresas que ya comenzaron a implementar políticas en equidad de género, saben que el siguiente paso es el LGBTIQ+.
Es un reto que poco a poco vamos superando, pero aún queda un tramo largo por recorrer para que podamos tener mayor visibilidad tanto de líderes como de empresas de la comunidad LGTBIQ+.
¿Qué podrían aconsejarles desde su experiencia a aquellas personas de la comunidad que buscan emprender y a su vez tienen un interés por generar cambios y contribuir a soluciones para problemas que afronta la comunidad LGBTIQ+?
Lo primero que les diría es que van a ofrecer un servicio o producto que la mitad de nuestro país rechaza. Van a desestabilizar el status quo y por lo tanto tendrán la responsabilidad de iniciar la conversación difícil o incómoda. Pero este es el momento de hacerlo, porque si no traemos a la mesa estos temas del que nadie quiere hablar, pues el cambio en nuestro país tardará mucho más en llegar. Todos podemos ser activistas desde nuestro rol y desde nuestros propios espacios. El cambio es ahora.