Mientras el mundo se enfrenta a la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial y los estados intentan responder a la emergencia sanitaria y económica, la pandemia ha puesto en evidencia una crisis sistémica sanitaria, climática y de pérdida de biodiversidad, como consecuencia de la relación de la especie humana con la naturaleza. Esto devela la interdependencia entre naciones y ecosistemas y la fragilidad a la que estamos expuestos, tal como lo señala un grupo de líderes latinoamericanos que lanzaron hoy la declaración Principios para un futuro sostenible de América Latina en tiempos de pandemia y crisis planetaria.
La declaración dirigida desde América Latina hacia el mundo pone énfasis en el carácter sistémico e interdependiente de las políticas públicas y privadas y promueve un conjunto de recomendaciones para el renacimiento sostenible de la región, donde el conocimiento científico, la solidaridad, una nueva forma de hacer empresa, la cooperación y complementariedad, además de un Estado moderno e inclusivo se propongan avanzar hacia una economía del bienestar no sólo del crecimiento.
"Precisamos encaminar al mundo a un nuevo 'renacimiento' en donde el planeta y sus límites sean el marco esencial de nuestras decisiones políticas y económicas para garantizar la vida y el bienestar de la humanidad y de la maravillosa diversidad de organismos que la hacen posible y duradera", señalan.
En efecto, se trata de un nuevo “acuerdo por la naturaleza y las personas” que plantee los compromisos de los estados y otros actores hacia un nuevo marco efectivo para revertir los procesos de pérdida y deterioro de las condiciones naturales del planeta.
"América Latina tiene un papel, enormes potencialidades y una responsabilidad singular en la tarea de reconectarnos con la naturaleza y el sistema de la vida. Y desde nuestra singularidad queremos enfatizar la necesidad de revisar sustancialmente el orden actual y adoptar el contrato social necesario para sustentar la paz, dignidad, integridad y la vida de las personas con la promesa de un desarrollo sostenible y duradero", indican.
La situación actual muestra elementos comunes entre los países latinoamericanos, como su alta vulnerabilidad y su escasa capacidad para enfrentar crisis sistémicas. Sus sistemas de salud son precarios y el acceso al agua potable y a los servicios de saneamiento son limitados. Además, alrededor del 50 % de la fuerza laboral trabaja en condiciones de informalidad y sin red de contención social. Más del 80 % de sus habitantes viven en zonas urbanas y generan una demanda irracional de recursos, con patrones de producción y consumo insostenibles que revelan el desconocimiento o desinterés por los límites del planeta.
Sin embargo, esta crisis también se presenta como una oportunidad. Ante la emergencia, los Gobiernos están promoviendo y adoptando medidas sanitarias y económicas fundamentales. Entre ellas, se están impulsando nuevas ideas y reflexiones respecto a los modelos de producción y consumo; se está valorando la infraestructura natural, sus bienes y servicios, así como sus límites; y la ciencia se ha visto reivindicada en las decisiones políticas. Asimismo, se profundiza en el debate de cuáles son aquellas actividades económicas capaces de responder a los desafíos sociales y ambientales actuales y futuros, y a considerar diversas soluciones basadas en la naturaleza. Por último, hay una mejor comprensión de la importancia de otras crisis sistémicas de largo plazo, como el cambio climático y la acelerada pérdida de recursos naturales; y se reconoce que en medio de la incertidumbre surgen reacciones de solidaridad.
En este nuevo escenario, un grupo de líderes de América Latina, con destacado compromiso ambiental, provenientes de la academia, la empresa privada, la sociedad civil, además de exautoridades ambientales y de la cultura han presentado hoy la declaración «Principios para un futuro sostenible de América Latina, en tiempos de pandemia y crisis planetaria», que promueve un conjunto de recomendaciones para un renacimiento sostenible de la región latinoamericana. Los principios enfatizan el conocimiento científico; la solidaridad, la cooperación y la complementariedad entre naciones y sugiere que los planes de estímulo económico incluyan consideraciones climáticas y de respeto a los límites de la naturaleza. Un instrumento esencial para ello, se señala, es renovar los compromisos climáticos y de biodiversidad en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
La declaración reconoce que el mundo post pandemia no será igual y que las crecientes demandas sociales enfatizan la necesidad de crear «un nuevo acuerdo por la naturaleza y las personas» que plantee los compromisos de los Estados y otros actores hacia un marco efectivo para revertir los procesos de pérdida y deterioro de las condiciones naturales del planeta. América Latina tiene enormes potencialidades y una responsabilidad singular en la tarea de reconectarnos con la naturaleza y el sistema de la vida pues comparte elementos culturales, lenguaje, un patrimonio y conocimientos ancestrales heredados de sus pueblos originarios así como un capital natural que le ofrecen condiciones favorables para desarrollar una estrategia regional de cooperación.
A continuación, compartimos la declaración, con la cual sus promortores pretenden iniciar un proceso de reflexión profunda sobre una nueva manera de mirar la región y generar una visión colectiva y sostenible para ella.