Hace dos semanas, el líder cacataibo Arbildo Meléndez fue asesinado en Ucayali. El último domingo 26 de abril, en la provincia de Atalaya en la misma región, el joven asháninka Benjamin Ríos Urimishi, comunero de 25 años, murió baleado.
La Organización Regional de AIDESEP Ucayali (ORAU) denunció, la tarde de ayer, este asesinato y mostró su preocupación porque, señaló, las comunidades se sienten amenazadas por "foráneos invasores dentro de territorios comunales", que serían narcotraficantes y taladores ilegales.
"Informamos que el comunero Benakmin Ríos Urimishi, comunero del pueblo asháninka venía laborando en una de las chacras de un ciudadano foráneo conocido como "Delci" natural de Pichis Palcazu, según refieren fuentes de la propia federación local, el mencionado ciudadano es de procedencia de familia de narcotraficantes que vienen ganando espacios dentro del distrito de Tahuania", señala el comunicado.
La organización indígena exige justicia y demanda a las autoridades que se investigue de manera exhaustiva este nuevo asesinato. Piden identificar a los autores y responsables de este crimen.
Damián Shuñaqui Sangama, presidente de la federación OIDIT, exige al Gobierno peruano la intervención inmediata para que se protejan los derechos fundamentales de los pueblos indígenas.
"Finalmente pedimos que el Gobierno rinda cuentas y responda por su accionar institucional, a la vez, que atienda con prontitud, prioridad política y desarrollo de una estrategia integral, permanente y sostenida ante la violencia", señala la organización regional AIDESEP Ucayali (ORAU).